27 septiembre 2005

Chimpún

Pues ya está, se acabó.
Mucho más rápido de lo que me hubiera gustado pero ya se acabó nuestra aventura costarricense.
Tras la reunión con el jefe de mierda y el dueño chocho, queda claro que sólo coincidimos en una cosa, en que nosotros no queremos volver y ellos no quieren que volvamos.
La reunión fue bastante patraña, ya que después de echar un discursito y comunicarnos que no cuentan con nosotros para la temporada que viene, el dueño dijo que no quería discutir y ahí se acabó todo.
Bastante injusto, ya que no nos dio la oportunidad de expresarnos y de decir lo que sentimos. De todos modos, cuando sacamos un tema y cuestionamos al jefe, éste se puso a temblar y a tartamudear sin ser capaz de decir nada coherente. En ese momento no seguimos diciendo nada porque estaba claro que no merecía la pena y el hecho de que no me dieran un turno de réplica, aplacó mis ansias de réplica. Parece paradójico, pero el caso es que yo tenía claro que les iba a cantar las cuarenta, pero el hecho de que no quisieran escucharme, me pareció injusto pero no me dejó el regusto amargo de no haber sido capaz de decir lo que pienso. No se lo dije, al menos todo lo que debíamos, pero fue por despotismo no por falta de razón ni de ganas.
La razón que nos dieron es que ellos ven una distancia muy grande entre lo que ellos quieren para la reserva y lo que nosotros queríamos. Y es verdad, hay mucha distancia, la que al menos dista entre un abogado entrometido y un biólogo ejerciendo su profesión, pero no es esa la razón, obviamente. La razón, según lo veo yo, es que el jefe de mierda nos teme, sabe que podemos hacerlo mucho mejor que él y eso le asusta.
De los acuerdos a los que presumiblemente habíamos llegado con ellos, el único que han respetado es el concerniente al dinero, nos pagarán, nueve meses trabajados de los ocho que estaremos aquí.
Por otro lado finalmente no voy a ir a Colombia ya que me sale muy caro y, dado mi poco alagüeño futuro, será mejor que ahorre un poco. Me quedaré en Costa Rica visitando proyectos de gente que conozco y luego iré a Panamá a visitar a una gente y pedirles trabajo en los proyectos que están comenzando allí. Luego procuraré quedar con Fran en su semana de "thanks giving" y así poder pasar una semana viendo lo mejor de ese país.
Pues lo dicho, se acabó y quien no vino a visitarme en estos tres años perdió la oportunidad de conocer un sitio increible... con un jefe de mierda.

10 septiembre 2005

Wilderness First Response

En cuanto al curso de primeros auxilios más famoso de este hemisferio... bueno pues ha sido divertido e interesante. La teoría floja y la práctica buena, como siempre en los gringos.
Lo que menos me ha gustado es la manía de los gringos con los acrónimos, llega a ser realmente agobiante la cantidad de acrónimos que usan incluso para hablar.
Para empezar el curso se llama WFR, que lo daba la gente de WMA, e incluye RCP que no todos lo incluyen. El formulario de trabajo es el SOEP que se va rellenando según haces el SEP, que incluye la EE, la EI, la EF y el SAMPLE, además de establecer el AVDI y asegurar el ABC, esto muy importante ya que es vital. Una vez relleno esto, ya puedes decidir qué tratamiento debes seguir, que la mayoría de los casos es llamar al AVA una vez que has hecho el AVB. Si no te ha dado un RAS después de todo, puedes relajarte y tirarte con cuidado para que no tengas un MLC y disfrutes de una ALD, ASAP, con una buena CSM distal en todos tus miembros.
Tras este rollo necesitaréis un POCA o un RICE en el cerebro, para que no os dé un aumento en PIC, al menos BID o TID.
Y estas son sólo las siglas más comunes y usadas.
¿Qué no os habéis enterado de nada? Pues yo tampoco que os creíais.
Pero he aprobado ¡y a la primera! Es lo que tienen los gringos, si fallas muchas, te explican lo que has fallado, dices y firmas que entiendes tus fallos y ya está, ¡quien necesita septiembre!
En cuanto a la gente, eso era lo mejor. Como siempre pasa en este tipo de cosas, cuando un grupo de absolutos desconocidos están una temporada corta conviviendo juntos, el buen rollo impera por todas partes y como no conoces a la gente tanto pues todos lo pasamos muy bien. Había un grupo de hondureños que trabajaban en tiempo libre y otras actividades de naturaleza por todo su país, una gente increíble, con mucha iniciativa, con muchas ganas de compartir sus proyectos (quiero volver a Honduras, pero a trabajar) y con muy buenas ideas y muy buenas maneras de llevarlas a cabo. Espero que tengan suerte, Honduras necesita gente así.
También había un dominicano que era la risa. Con un acento muy similar a los cubanos (para que os hagáis una idea) y que parecía un niño pequeño en la clase, siempre con la mano levantada dispuesto a contestar cualquier pregunta que hiciera la profesora. Había varios ticos, un gringo de origen irakí (explosiva mezcla en los tiempos que corren), otro gringo y una boliviana, que me recordó lo bonito que suena el acento de Bolivia, tan musical, entre el venezolano y el argentino pero sin lo empalagoso del primero ni la petulancia del segundo, y dos españolitos de a pie, que con su acento parecen estar todo el día enfadados según dicen los americanos (sensu lato).
En cuanto a lo demás bien. El curso lo dimos en una estación biológica en el área de Monteverde, pero en la vertiente Atlántica. Es un sitio muy bonito, con mucho bosque, con una laguna muy bonita y riachuelos donde buscar las ranas de vidrio que no hemos visto.
En uno de estos riachuelos, buscando ranas en la noche, se me cayó la cámara digital, la nueva, la que me compré después de que me robaran la otra, al agua y casi me da algo.
Una vez había leído en una revista qué hacer en un caso así y me puse manos a la obra: Pregunté a todo el mundo si tenían un secador de pelo, pero parece que no es lo más habitual en la selva húmeda, será que no tiene mucho futuro. Cuando ya había perdido la esperanza a alguien se le ocurrió que usara el ventilador de uno de los coches que habíapor allí y dicho y hecho. Me dejaron el coche, puse el ventilador a tope, con la temperatura a tope también, presumiendo que así absorbería más agua y envolví la cámara en una bolsa con un agujero frente a la salida del ventilador para que no se llenara de aire y todo sellado con cinta americana a la parrilla del coche. Después de más de tres horas aguantando la cámara, la encendí y parecía que funcionaba pero con la pantalla haciendo cosas raras. A la mañana siguiente la puse al sol para que se evaporara la humedad y por la tarde ya parecía que funcionaba bien. ¡Salvé la cámara! No haberlo hecho habría supuesto perder dos cámaras iguales en menos de dos meses.
Así que ya sabéis, si se os cae una cámara al agua, no la deis por perdida, intentad esto que os he contado, a mi me funcionó.
La estación es el típico sitio donde te gustaría volver para poder disfrutarlo, ya que en esta ocasión no lo hemos disfrutado mucho ya que el curso era realmente intenso, con nueve horas de clase diarias y tareas para después. ¡Y todavía había gente que estudiaba después!
Y eso es todo respecto al cursillo.
Ahora ya estamos en la reserva de nuevo, hay pocas tortugas, lo que es un alivio de trabajo y poca gente, lo que es un alivio de agobio. El 23 llega el dueño de la reserva y junto con el jefe, tendremos una reunión, presumo que larga y tensa, donde aflorarán todos los problemas y desavenencias de toda la temporada, que son muchas y diversas.
Y un mes después, Mónica ya estará en Baja California, que es California, pero Méjico, no EE.UU. y yo, supongo que estaré en Panamá visitando proyectos donde poder meter la cabeza.
A estas alturas del año ya estaréis todos de vuelta de las vacaciones y todavía nadie me las ha contado, así que ya sabéis...