29 abril 2009

Huerta del Rey Moro

En pleno centro de Sevilla existe un huerto.
Un huerto bastante grande, que es trabajado por los vecinos de la zona y donde, a través de Ecologistas en Acción, Irra da talleres de educación ambiental con el huerto como eje.
Lo que me parece más increíble no es que vecinos de una gran ciudad puedan cultivar sus alimento cerca de sus casas, o que estudiantes de primaria y secundaria puedan aprender cómo se "hacen" los alimentos a escasos minutos de sus casas.
No, lo que realmente me parece increíble es que este espacio, algo menos de una hectárea, haya sobrevivido hasta nuestros días a escasos metros de la catedral.
Además de las tareas típicas de un huerto, en este espacio se hacen un montón de distintas actividades, como mercadillos de trueque, comidas populares, talleres y demás.
Hace tiempo leí que las ciudades modernas tienen un tipo de desarrollo que es similar a las colonias bacterianas, esto es, de dentro hacia afuera.
Y eso lo podemos ver claramente en ciudades como Madrid, donde el centro se está despoblando mientras que cada vez tendemos a vivir más lejos del mismo.
Ante tanto urbanismo descontrolado que hemos soportado en los últimos 20 años o más, estoy convencido de que ha llegado la hora del "desurbanismo" y la creación de espacios verdes para uso y disfrute de los vecinos en los centros de las ciudades, es una buena idea, si además sacamos un beneficio en forma de frutas y verduras, mejor que mejor.


Irra y Mónica debajo de una higuera centenaria


La huerta desde dentro


Además de bancales y frutales, también hay espacio para una buena merendola


La curiosa manera de plantar patatas en cubiertas neumáticas apiladas


Como no se puede cavar mucho por miedo a estropear posibles restos arqueológicos, la huerta está por encima del nivel del suelo

Por supuesto, a pesar de estar protegido, junto a la casa del Rey Moro del siglo XV como Monumento de Interés Cultural, el ayuntamiento de Sevilla tiene otros planes y a poco que se despisten quienes lo llevan, se lo llevaran por delante, como tantas y tantas otras cosas.

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