Escuela de escalada en La Pedriza

Aprovechando el primer fin de semana de buen tiempo que hemos tenido por aquí en mucho tiempo, subimos a La Pedriza a escalar un poco.
Para Mónica era su primera experiencia, más o menos seria, con la escalada y al parecer le ha gustado: busca gatos y arnés.
Tras un madrugón increíble para ser sábado y dar unas cuantas vueltas previas, llegamos a la zona de escalada, las placas del Emilio, a eso de las doce de mediodía.
Mónica empezó con unos 4+ facilitos pero pedriceros (sin agarres, por lo que la escalada es una cuestión más de fe que de fuerza), para pasar al final del día a sacar la salida de un 6a muy bonito pero no tan de adherencia.
En el sector había un 7a que llamó la atención a todos los allí presentes y que, salvo Mónica y yo, todos probaron. Depués de darle unos cuantos tientos, Chus lo sacó y se convirtió en el héroe del día.
Por supuesto después de tan dura jornada nos fuimos a tomar unos pinchos de oreja a la plancha, ensaladillas varias y bocatas de chorizo, butifarra y similares.
Ahí os dejo con un, casi, monográfico de Mónica.

El Indio (que fuma), detrás de un alcornoque enorme, de camino a las placas del Emilio

Mónica escucha las indicaciones de Chus poco antes de subir su primera vía

Subiendo como puede con más cara de susto que de gusto

Concentrada en lo que hace, comienza a salir de la sombra de la encina

Ya en la reunión, sonríe para la posteridad

Preparada para el descenso, los buitres esperan un desliz que les dé una oportunidad de llevarse algo al pico

Exultante después de su primera vía

Orgullosa, enseña la marca de un casco, definitivamente, demasiado apretado

Comenzando el 6a

Tras terminarlo, más relajada ya

Chus encara la salida del 7a que finalmente sacó

Foto: Fran Velasco Moreno
Iciar y Dani secundan a Chus, mientras las manos de Mónica y mías forman "7A" y Fran saca una foto desenfocada.

Si la temporada de esquí y hielo termina, la de escalada y bicicleta comienzza, el caso es no parar nunca.