A Mónica le gustó mucho eso de subirse por las paredes, ya tiene gatos y está pensando en el arnés, ¡no hay quién la pare!
Así que, sin dilación, Mónica contó a sus amigas lo bien que se lo había pasado escalando en La Pedriza y éstas quisieron imitarla, para lo que nos fuimos a Ulaca, una zona de escalada poco conocida cerca de Ávila.
La escalada se parece a la de La Pedriza, granito de buena calidad, pero más abrasivo y con más garbanzos, lo que siempre buscas en La Pedriza.
El sitio lo conocieron Álvaro y Fran a través de Julen un francés afincado en Manzanares el Real y con él, su mujer y su hijo, nos fuimos los citados más Pili, Laura y Mónica y yo.
Lo de siempre, salimos tarde, empezamos tarde y escalamos poco, pero echamos el día...
Para acceder a la zona de escalada hay que cruzar un río que habitualmente se pasa de un salto, pero que por lo visto está muy crecido y el salto a dar era un poco más largo.
Para calentar me hice un 5+ que abrió Julen, donde lo difícil es el primer paso, luego es una escalera de garbanzos bastante larga. Mónica la repitió después de mí y, exhausta, confirmó mi apreciación de que era muy larga.
Después de esto, montamos una vía para escalar de segundo un 4+, que es un grado perfecto para comenzar en estas lides.
Tras una breve explicación de lo que sí se puede hacer y de lo que no, de aprender a hacer un nudo ocho, ponerse el arnés y todas esas cosas, Pili se echó al monte y se marcó su primer 4+. Luego lo hizo Laura (en dos intentos) y Mónica. Para desmontarla me animé a hacerla de primero y quitar las cintas y los mosquetones. Hacía muchos años que no escalaba de primero, así que estoy contento, aunque fuera un 4+.
Después de unas cuantas vías, volvimos a cruzar el río, volvimos a coger el coche y volvimos a Madrid.
Otro día más.
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