Pues mi hermano va a tener razón y, parafraseándome, ha titulado el último capítulo de su bitácora como "El Trabajo Dignifica", y no sé si diginificará, pero al menos te saca de los apuros económicos.
En su bitácora, "El que Avisa, es Avisador", mi hermano puso un chiste de Forges, que por cierto no tiene ninguna gracia, y que viene a decir que "qué sería de los biólogos sin la construcción", y es verdad, aunque paradójicamente los biólogos de campo seamos los que más nos oponemos a la construcción, especialmente de infraestructuras viarias y de edificios costeros. Por cierto que van a tirar el macrohotel del Cabo de Gata y me alegro un montón, ya sólo falta que metan en la carcel al promotor, al alcalde, y quien haga falta.
Hace ya más de un mes que he vuelto de las Galápagos y si no he escrito desde entonces, desde luego no es por falta de tiempo, ya que apenas he trabajado, sino más bien por apatía, característica ésta que me invade desde que volví.
Pero hoy estoy tratando de vencerla y allá que voy.
Hace unos años en Bolivia conocí a un turista español que me decía que él, realmente se sentía relajado y de vacaciones cuando empezaba a seguir y preocuparse diariamente por el tejemaneje de fichajes futbolísticos del verano. Y yo, según esa filosofía, y a falta de fichajes, veo mi absoluto relajo y despreocupación porque lo que más me preocupa actualmente es... EL MUNDIAL.
Así que a ello vamos... y no huyan los no futboleros.
Resulta que como siempre, Brasil es la favorita, y da igual que no sepa jugar al fútbol, Brasil piensa exactamente como el Real Madrid, los mejores jugadores hacen el mejor equipo y Brasil vuelve a demostrar que no es verdad. Y si gana ya sabemos que será más por deméritos (llamémosles así) de los árbitros que por méritos de los jugadores. Porque esa es otra, Brasil nunca juega solo, lo cual es el "jogo" más feo.
El caso es que ya me he visto partidos entre las selecciones más peregrinas, Togo-Suiza, Costa de Marfil-Holanda, Méjico-Angola, Arabia Saudí-Ucrania... y, a cualquier otro le diría que "no sabes ni dónde están esos países" pero como yo sí lo sé, no me digo nada.
Mi país de residencia los tres anteriores años, Costa Rica, parece que ha hecho el español, osea el "ridículo mundial", no ha ganado nada y se va a casa. Supongo que ahora se declarará día de luto oficial y el fútbol dejará de ser "el opio del pueblo" y con suerte hay alguna revuelta y meten a otro ex-presidente en la carcel (que algo habrá hecho).
Ecuador, país donde pasé tres meses recientemente, ha pasado a octavos, ha hecho un muy buen papel contra Inglaterra y ha sido la sorpresa del mundial. Se declararán días festivos los días de los partidos ganados y los mismos de siempre seguirán robando como nunca ya que aquí sí, aquí todavía funcionará "el opio del pueblo".
España, país donde a mi pesar estoy actualmente, ha pasado brillantemente a octavos y ha perdido no injustamente contra Francia, lo que ya es un avance. El somnífero poblacional relajará su efecto y, como somos del primer mundo, en lugar de levantar una revuelta, nos iremos de vacaciones, que Marx no lo sabía, pero también funciona para dormir al pueblo.
Francia, con exactamente la misma selección que ganó el mundial hace ocho años sigue adelante y, será por la edad, parece que les ha costado calentar, pero con el nivel que demostraron ayer, bien podrían ganar el mundial. Y ojalá lo hagan porque eso sería una humillación para Brasil y con un poco de suerte se replantean el significado de "jogo bonito" y vuelven a sus principios. Además, el mejor jugador de la útima década bien se merece una retirada así.
Cuando Marx se refirió a la religión como "el opio del pueblo", no lo dijo por las características perniciosas del opio, sino por la habilidad de las religiones para "dormir" a los pueblos, absorverles el pensamiento propio y, por tanto, hacerles dóciles, manipulables, engañables y, en fin, gobernables, que viene a ser lo mismo.
Hoy el opio del pueblo es el fútbol para casi todo el mundo, menos EEUU que necesita diferentes drogas, NBA, NFL y MLB, y cuanto peor van las cosas en un país, mejor funcionan las adormideras poblacionales de este tipo.
Vaya, parece que soy incapaz de relajarme, comienzo preocupándome del mundial y acabo con una soflama contra el fútbol y otras artes políticas para apacigüar las ánimas.
Contaros, para cambiar un poco de tema, que hace poco acompañé a Mónica a Beauvais, Francia (léase Buvé, Francia) donde va a trabajar los próximos tres meses y tuve la oportunidad de conocer una zona muy bonita al norte de París (léase Paguí, con una magdalena en la boca), llena de bosques de hayas, lagos y prados verdes como los que pretendemos tener aquí, ¡pero nada de que llueva! También tuve ocasión de patear un poco París y quedarme con las ganas de subir a la torre Effeil, pero por los barrotes no por el ascensor.
Cuando pueda colgaré unas fotos, hasta entonces disfrutad, o no, con estas líneas.