Nada más regresar de Mozambique me fui a La Pedriza.
Aunque las fotos son de hace unos meses, y el aspecto otoñal no corresponde con la estación presente, las pongo ahora que por fin tengo ADSL en casa y puedo subirlas.
La Pedriza no deja de sorprenderme cada vez que voy y siempre depara alguna sorpresa que hace que la visita haya merecido la pena.
Dos cabras monteses pasean por lascas donde los humanos llevarían pies de gato, arneses, cuerdas, cintas y demás parafernalia de escalada Álvaro y Fran, escalando en la zona de "Musgo-Génesis", asegurados por Edu y Chus, respectivamente De vuelta a casa tras una jornada de varias vías Álamos en el río Manzanares en la zona de El Tranco Chus y Álvaro en la pradera del Yelmo En la pradera del Yelmo, mirando hacia el sur El Yelmo, desde su pradera La Maliciosa desde la pradera del Yelmo Bajando por la senda Maeso hacia el pueblo Bolos en la senda Maeso Robles melojos y encinas entre los bolos de granito en la senda Maeso Detalle de las hojas marcescentes del melojo Fran y Mónica en un momento de la bajada Quizá no sea el típico sitio para ir a ver una otoñada, pero desde luego La Pedriza también vale para eso.