Pues ya está, se acabó.
Mucho más rápido de lo que me hubiera gustado pero ya se acabó nuestra aventura costarricense.
Tras la reunión con el jefe de mierda y el dueño chocho, queda claro que sólo coincidimos en una cosa, en que nosotros no queremos volver y ellos no quieren que volvamos.
La reunión fue bastante patraña, ya que después de echar un discursito y comunicarnos que no cuentan con nosotros para la temporada que viene, el dueño dijo que no quería discutir y ahí se acabó todo.
Bastante injusto, ya que no nos dio la oportunidad de expresarnos y de decir lo que sentimos. De todos modos, cuando sacamos un tema y cuestionamos al jefe, éste se puso a temblar y a tartamudear sin ser capaz de decir nada coherente. En ese momento no seguimos diciendo nada porque estaba claro que no merecía la pena y el hecho de que no me dieran un turno de réplica, aplacó mis ansias de réplica. Parece paradójico, pero el caso es que yo tenía claro que les iba a cantar las cuarenta, pero el hecho de que no quisieran escucharme, me pareció injusto pero no me dejó el regusto amargo de no haber sido capaz de decir lo que pienso. No se lo dije, al menos todo lo que debíamos, pero fue por despotismo no por falta de razón ni de ganas.
La razón que nos dieron es que ellos ven una distancia muy grande entre lo que ellos quieren para la reserva y lo que nosotros queríamos. Y es verdad, hay mucha distancia, la que al menos dista entre un abogado entrometido y un biólogo ejerciendo su profesión, pero no es esa la razón, obviamente. La razón, según lo veo yo, es que el jefe de mierda nos teme, sabe que podemos hacerlo mucho mejor que él y eso le asusta.
De los acuerdos a los que presumiblemente habíamos llegado con ellos, el único que han respetado es el concerniente al dinero, nos pagarán, nueve meses trabajados de los ocho que estaremos aquí.
Por otro lado finalmente no voy a ir a Colombia ya que me sale muy caro y, dado mi poco alagüeño futuro, será mejor que ahorre un poco. Me quedaré en Costa Rica visitando proyectos de gente que conozco y luego iré a Panamá a visitar a una gente y pedirles trabajo en los proyectos que están comenzando allí. Luego procuraré quedar con Fran en su semana de "thanks giving" y así poder pasar una semana viendo lo mejor de ese país.
Pues lo dicho, se acabó y quien no vino a visitarme en estos tres años perdió la oportunidad de conocer un sitio increible... con un jefe de mierda.
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