01 abril 2009

Una pregunta para usted

Aunque los periodistas de este país me parecen bastante malos y con un nivel cultural tirando a bajo, está claro que aún así, son profesionales por algo.
En el programa del otro día donde no sé cuántos ciudadanos preguntaban a Rajoy unas cuantas cosas, se nota el toque aficionado del asunto en que, al preguntar, no saben las respuestas verdaderas.
Me explico, cuando un profesor te hace un examen no es para ver tus respuestas por simple curiosidad, sino por que se supone que él sabe las respuestas y sabrá, por tanto, si son verdaderas, verdades a medias, medio falsas o completamente mentira.
Pues un periodista igual, cuando hace una pregunta, detrás de la misma hay un trabajo de investigación, de modo que sabe la respuesta correcta y puede replicar al entrevistado e incluso llevarle la contraria en caso de que lo crea necesario.
Claro, el formato del programa es mucho más atractivo, sensacionalista y mediático y sube la audiencia un montón, pero es mucho menos informativo e interesante.
En concreto voy a comentar dos de las respuestas dadas por Rajoy, de las pocas más que vi.
Una se refería a la investigación con células madre, donde sin sonrojo, afirmó que su partido, cuando estaba en el gobierno, había aprobado la ley que le permitiría sanar a su supuesto hijo enfermo, como le preguntó una señora.
Por supuesto, Rajoy salvaría a su hijo sin ningún género de dudas.
Ante respuestas realizadas con aplomo es difícil dudar de su veracidad, pero resulta que con la ley de células madre que el gobierno de Aznar aprobó, el supuesto hijo enfermo de Rajoy se moriría, porque tenía tantas limitaciones que hacía inviable la investigación y por tanto la aplicación médica de la misma. Por estas limitaciones el actual ministro de Sanidad, científico de prestigio antes que ministro, se marchó a Singapur y sólo regresó cuando el parlamento de Andalucía quitó esas trabas a la investigación con células madre, convirtiéndose en pioneros en estos asuntos.
A la llegada del PSOE al gobierno, se quitaron dichas limitaciones (que tenían que ver con el número de células y embriones con los que trabajar) y toda España se puso al mismo nivel que Andalucía.
La segunda respuesta tiene que ver con el aborto.
Rajoy dijo que su partido en el poder no quitó la ley del aborto porque sólo permitía tres supuestos que, según él, suponen un consenso de la sociedad, suficiente para dejar que siguiera vigente.
Pero eso también es mentira, porque a los tres supuestos a los que se refería Rajoy, violación, peligro para la madre y malformación del feto, hay que añadir un cuarto supuesto, daños psicológicos para la madre, y que tal y como están las cosas desde que se aprobó la ley actual del aborto, no es más que un coladero para que cualquiera, en cualquier circunstancia y en cualquier momento pueda abortar, incluyendo menores sin consentimiento de los padres, ya que las clínicas privadas aceptan cualquier firma como si fueran las paternas, con tal de llevarse unos euros al bolsillo.
Con la ley que ahora se quiere aprobar, ese supuesto se quitaría, con lo que no se podría abortar después de cierto momento, no como ahora que se puede cuando quieras, incluso cuando el feto es perfectamente viable fuera del útero materno.
Y además, cosa fundamental, el aborto estaría incluido y dominado por la sanidad pública, mucho más responsable que la privada, que como se ha visto, hace cualquier cosa por dinero (como se vio en el famoso programa danés, donde abortaban mujeres de hasta 8 meses de embarazo).
La nueva ley del aborto que se quiere aprobar, es más restrictiva y supondrán menos abortos que la anterior, ya que antes podías abortar bajo cualquier circunstancia en cualquier momento, ahora sólo bajo cualquier circunstancia antes de las 14 semanas y, además, al equipararla con las leyes de nuestro entorno, evitará que venga gente de todas partes de Europa a hacer lo que no pueden hacer en sus países.
¿Qué hubiera dicho Rajoy si quien formuló estas preguntas supiera de antemano las respuestas y le hubiera replicado como merecía?
Los entrevistadores de Rajoy tenían las preguntas, pero no sabían las respuestas, por lo que el programa, aunque pueda ser vistoso, careció de interés.
(No vi el programa de Zapatero, pero estoy seguro que también mintió en más de una ocasión)

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