23 marzo 2010

Swara

La Sociedad de la Vida Salvaje de África del Este es uno de los grupos conservacionistas más antiguos de Kenia, con orígenes en la era colonial.
Ellos son los editores de Swara, que significa antílope en suahili, y que es una revista trimestral que está muy bien, parecida al Quercus que compro desde hace más de 20 años en España.
Pero no estoy aqui para hablar de la revista, si no de lo que aconteció con ella.


El sábado compramos la revista en una librería que hay en el centro comercial donde solemos ir; estábamos paseando haciendo tiempo para entrar al cine y la vimos, y como el anterior número nos gustó, la compramos.
Una vez en el cine Mónica metió la revista, entre otras miles de cosas, en un bolso de tela de capulana o kanga, de esas telas africanas llenas de colores.
Sin cremallera ni nada. ¿Para qué?
Al llegar a casa rebusco en su bolso para leer la revista, que ni había sacado del envoltorio plástico, y como no estaba me extraño, hasta que Mónica me da una idea de lo que ha podido suceder: no queriendo estar en su bolso al lado de pañuelos usados de las últimas tres semanas, la revista ha preferido tirarse del bolso y quedarse sola en el cine.
Claro, mi reacción, aparte de la incredulidad, no fue comprensiva, y ya daba por hecho que debíamos comprar la revista otra vez.
Pero: ¡Esto es África!
Y aquí las cosas no funcionan como estamos acostumbrados.
Regresé al cine y pregunté a la chica de la taquilla que preguntó al gerente que preguntó al de las palomitas que preguntó al acomodador que preguntó al que limpia las salas que preguntó a su compañero que estuvo trabajando el sábado que preguntó a la chica de la taquilla que me remitió al gerente.
El gerente se metió en una habitación y después de unos cuantos minutos salió y me preguntó que qué revista era. Se lo dije y me dijo que sí, que el sábado habían encontrado una y que como estaba cerrada (y a nadie le debía interesar) pues la devolvieron a la librería de abajo. Me acompañó a la librería, cojió una y me la dio.
Así de simple.
Me pongo en situación en España tras haber perdido un Quercus en un cine y la respuesta del primero al que hubiera preguntado sería algo así como: No (con cara de asco y como diciendo: "¿tú estás tonto, o qué?"). Y se habría quedado pensando en la revista que tiró a la basura el sábado porque no salían tetas.
Y es que aquí, a pesar de todo los problemas de seguridad existentes, todavía somos personas, no simplemente clientes. Y si hay una revista caída en el suelo del cine es porque una persona se la ha dejado y si regresa se acordarán y se la devolverán.
En España, una revista caída en el suelo del cine es de un cliente que la ha tirado y si me interesa me la quedo y si no la tiro, y si vuelve a por ella es que el cliente "está tonto" y como ya no te deben nada pues a tomar por saco. Eso sí, la próxima vez que pagues en la taquilla te sonreirán tontamente como les han dicho que hay que hacer a los que pagan cuando pagan.
La filosofía ubuntu es fuerte por estos lares.
Afortunadamente.

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