Pues eso.
Que he acabado con el primer curso y yo creo que con éxito.
Hay, como en todo, cosas buenas y cosas malas de trabajar con gringos.
Las buenas es que son tan entusiastas, tan agradecidos y tan exagerados, que mi compañera de trabajo me ha dicho que soy un profesor hilarante y genial. Bueno, quizá sea verdad que de vez en cuando me sale alguna gracia que los demás pueden pillar, pero la verdad es que la gran mayoría de ellas sólo las pillo yo, lo que quizá me haga ser más sonrriente de lo que en realidad soy, más que nada porque me río sólo, digo.
Las malas, si os fijáis he empezado con las buenas, eso lo he aprendido de los gringos también, se pasan media hora diciéndote cualquier estupidez que has hecho bien para luego machacarte en dos segundos con lo que has hecho mal, como decía entre las malas es que... es que son gringos.
Eso no es intrínsecamente malo, o sí os lo dejo a vosotros, pero el caso es que son muy suyos, tienen unos objetivos y un programa a cumplir y de ahí no se salen ni un milímetro y claro, yo que soy muy anárquico con estas cosas, pues como que no me cuadran y como que no cuadro mucho.
El hecho de no salirse del programa ni un milímetro pase lo que pase, me parece impensable cuando estás trabajando en el campo y las condiciones ambientales te lo condicionan todo y hay veces que eso me pone un poco nervioso, además que, independientemente del ánimo del grupo para hacer una cosa u otra, ellos hacen lo que está programado aunque las circunstancias aconsejen a cambiar el momento.
Pero lo que más me exasperaba de mi compañera gringa, pero gringa gringa, de esas de "wow wow" cada dos por tres, sólo le faltaba un par de compañeras secundando sus acrobacias de "cheerleader", es que lo cronometraba todo.
Tú imagínate que estás en Galápagos, con 35 grados a la sombra, con 10 estudiantes galapagueños, condicionados por este clima desde que nacieron, les dices que en cinco minutos a desayunar, por ejemplo, y pones el cronómetro en función de cuenta atrás para controlar que todo vaya bien. Obviamente el cronómetro puede dar cincuenta vueltas antes de que los chicos estén preparados para desayunar, lo que invalida el uso de semejante arma del diablo.
Y así se pasaba el día, con la cuenta atrás cual James Bond a punto de explotar por un retraso de cinco minutos para lavarse los dientes (que está programado) o beber agua (que no sólo está programado sino que viene en el manual de seguridad).
Por lo demás todo bien, afortunadamente mi compañera estaba completamente incapacitada para dar clases en español, por lo que las he dado yo todas y la verdad es que han salido bastante bien y ella a cambio se encargaba de los juegos, menos necesitados de palabras.
Los chavales de aquí desde luego tienen un nivel educativo muy superior a los que acostumbraba a tratar en Costa Rica, escriben correctamente y tienen cierta cultura y esas cosas. Y desde luego ésto facilita tu labor cuando tienes que explicarles el método científico, porque por mucho que se lo expliques con un ejemplo de "cómo mejorar el pescado encebollado", hipótesis "a mayor cantidad de pescado, mayor calidad del pescado encebollado", el método en cuestión no deja de ser un poco arduo y finalmente, sin saber muy bien qué es el pescado encebollado, parece ser que fue aceptada la hipótesis por amplia mayoría, mientras mi jefe se moría de risa sin entender muy bien porqué, pero se moría y lo bueno es que para él la mejor cualidad de un profesor y la más difícil es el humor, así que creo que me lo he ganado, aunque no sé si eso es haber ganado mucho, de todos modos prácticamente no me puede echar.
La evaluación de la evaluación fue muy positiva conmigo y además que no se lo esperaban porque, ya sabéis como soy, no se esperaban que dentro de mi pudiera haber algún sentido del humor, así que todo bien.
Por la noche ya en la casa, mi compañera cogió su guitarra y se puso a cantar canciones tradicionales de EEUU, y la verdad es que no lo hacía nada mal, pero llegó un momento en que pensé que estaba en Central Perk escuchando a Phoebe Buffet cantando "Smelly Cat", así que me acosté para que no pensaran que me reía de ellos.
Lo dicho, cuando menos, curioso.
Que vaya bien todo a todas todos.
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