Hasta allá nos fuimos a pasar el fin de semana, Mónica y yo con los compañeros de curro, Sam, Jean y Lucía.

Nos bañamos en unas pozas muy bonitas en un río que no te esperas tan cerca del desierto, pero es que esta sierra tiene su propio microhábitat, mucho más húmedo y con una vegetación bastante diferente, donde los mismos cactus que cerca de La Paz apenas llegan a un par de metros, aquí se elevan hasta los 20.

También nos bañamos en unas pozas termales justo al lado del río, y el contraste de unas aguas a otras era muy... ¡vivificador!
En una de las pozas había un salto de unos siete u ocho metros y no salté... ¿será eso hacerse viejo o necesito más componente adrenalínico en mi vida? El caso es que Mónica fue la primera en saltar, pero no tengo fotos...

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