El viaje de Chihuahua a Creel, lugar donde empezaríamos a conocer la sierra, fue en autobús, cinco horas de trayecto, donde a cada rato subía alguien a cantar, bien con guitarra, bien con acordeón, pero siempre con sombrero tipo vaquero pero de paja.
El conductor del autobús, para facilitar la escucha paraba la película. El bus estaba tan abarrotado que el guitarrista trasteaba en la vertical y el acordeonista abría el fuelle en el mismo sentido. Eso sí, cantaban con potente voz la misma canción una y otra vez, todas de desamor y ninguna de amor, con una voz entre melancólica y nasal que debe ser tan típica por estos lares como el perro que da nombre al estado.
En Creel nos alojamos y desde allí hicimos varias excursiones. La cuestión es que toda la zona estaba más nevada que cualquier estación de esquí de Europa y nosotros íbamos preparados como si fueras a una estación de esquí española, esto es, con zapatillas y un forro fino.
Así que hicimos excursiones más o menos domingueras, pero que nos dieron una idea de lo que por allí hay y un poso algo amargo que hace que cuando te vas te dices que tienes que volver, y realmente espero tener la oportunidad en el futuro de hacerlo y poder caminar por la infinidad de caminos que allí existen.
Mientras tanto, os dejo unas fotos:
Desde el autobús camino a Creel, campos nevados e infinitos
Unas cuevas cercanas a Creel donde viven algunos indios Tarahumaras. Los mexicanos se sienten muy orgullosos de su multiculturalidad y la gran diversidad étnica de su país, pero a fin de cuentas los indios, son siempre los que peor viven:
El Valle de los Hongos, cerca de Creel también, donde vive una comunidad Tarahumara (para ser precisos diré que la gente se llama a sí misma Raramuris y a su idioma Tarahumara, pero al final es este vocablo lo que se suele usar para ambos conceptos)
En el Valle de los Hongos:
El bosque de pinos me recordaba bastante a algunas zonas de España, especialmente a la zona de la Serranía de Cuenca, donde también hay muchas formaciones rocosas espectaculares:
La Cascada Cusárare, una espectacular cascada en horas bajas, según dicen, ya que la temporada de lluvias en Julio y Agosto, lleva mucha más agua (comparar el tamaño de la lámina de agua con los pinos para hacerse una idea del tamaño de la cascada. Los pinos son de tamaño normal, unos 20-30 metros):
Indígena Tarahumara en la orilla del lago Arareko vendiendo artesanía:
Mónica en la Barranca de Urique, camino a Batopilas, el cañón más profundo de toda la sierra y que tienen el orgullo de decir que es más profundo que el Cañón del Colorado, con más de 1800 metros de profundidad:
En el tren de las Barrancas del Cobre, conocido como Chepe y que atraviesa algunas de las barrancas de la sierra, pero, y pesar de que va despacio, se te hace que corre demasiado. El tren lo cogimos casi 2500 metros de altitud y nos bajamos seis horas más tarde a poco más de 300.
Y para terminar algo que no tiene que ver nada con Chihuahua. Es un restaurante cerca del Zócalo capitalino cuyo nombre es... curioso, pero desde luego mejor que esa famosa cadena de pollos gringa:
3 comentarios:
Je, je, es verdad, se me había olvidado, "El Pollazo" siempre un buen pedazo (ese era su eslogan... impresionante no?)
Bonito paseo por el estado de Chihuahua, gracías por las imágenes.
Las imágenes me han sorprendido, tenía una idea "prefabricada". Algo parecido a lo que me pasón con la provincia de Cáceres.
Salut.
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