Razones ambientales:
En lo que a la pesca se refiere, la humanidad está al nivel de las sociedades preagrícolas, con un tipo de organización básicamente cazador-recolector, pero con las herramientas del hombre industrial. Básicamente no hay cultivo, sino caza y recolección. El problema es que esa caza y esa recolección se ha sofisticado muchísimo, ha llegado a un alto nivel de éxito y a un altísimo nivel de absurda insostenibilidad.
Para que nos hagamos una idea, uno de los tipos de pesca más habituales, la pesca de arrastre, consiste básicamente, en arrasar todo un espacio, un ecosistema, para posteriormente en cubierta seleccionar lo comercialmente valioso. A modo de comparación simple, es como si arrasáramos los pastos, los bosques y las praderas para seleccionar las vacas y desechar todo lo demás, plantas y animales, además de haber destrozado el suelo con lo que se compromete la regeneración natural posterior.
De lo que se pesca, gran cantidad se desecha, son los descartes pesqueros, donde se incluyen los pezqueñines, que te dicen que no comas, que nunca llegan a tu casa, pero que sí se pescan y se matan, comprometiendo el reemplazo generacional.
Por otro lado los descartes pesqueros están cambiando el comportamiento natural de muchas aves marinas y otros depredadores acuáticos, al seguir a los barcos en lugar de dedicarse a lo suyo.
Otra de las técnicas de pesca más comunes son los palangres, que no son más que unas largas líneas (de ahí su nombre en inglés, "longline") de sedal con miles de anzuelos cebados. En estas líneas es donde más delfines, aves, focas, leones marinos, tiburones, tortugas y otros animales mueren innecesariamente. Este tipo de pesca es la que ha puesto al borde de la extinción a la población del Pacífico de tortuga laúd (Dermochelys coriacea), por citar algo que conozco.
Razones sociales:
Hasta la crisis de las vacas locas, la mayoría del pienso para ganado se producía con harinas de pescado, con lo que a un animal consumidor primario se le estaba convirtiendo en consumidor secundario, con el gasto energético que eso supone, aumentado al que ya supone por el hecho de criar animales para alimento.
Después de las vacas locas, las harinas pasaron a hacerse de soja básicamente, y lo que antes se usaba para harinas, ahora se usa fundamentalmente para engordar atún. Y ya estamos como antes. Los pobres no pueden comer ni fletán, porque los ricos nos cebamos a atún.
Razones éticas:
No veo diferencia en el hecho de comerse un animal u otro. Lo que sí es diferente es que por norma los peces viven tranquilamente en el mar hasta que les llega su red. Pero puestos a quejarse, diremos que no se les mata, se les deja morir en una muy lenta agonía, porque, a diferencia de los animales pulmonados, la mayoría de los peces puede seguir respirando, aunque muy reducidamente, fuera del agua.
Así que, ¿qué peces son buenos para comer? pues fundamentalmente los provenientes de la pesca artesanal, aunque no siempre. Durante los cursos en la isla, cada mañana, llega Chui (la forma familiar de llamar a los Jesús en México) a la playa con su pequeña panga cargada de algunos peces capturados al alba, y nos los cambia por verduras y frutas. Es pescado fresco, artesanal y capturado bajo ciertas regulaciones del Parque Nacional Marino Complejo Insular Espíritu Santo.
El acuario de Monterrey en California, ha editado una guía para el consumidor responsable de pescado, aunque incluye casi todas las especies comerciales a nivel mundial, no creo que sea muy útil en el contexto español. A ver si alguien se anima a hacer una similar adaptada a este contexto.
Pescadores artesanales en la Isla Espíritu Santo, Baja California Sur, México, pescando cebo con atarraya