28 abril 2007

No como pescado... o sí

Muchos vegetarianos, de los tradicionales, de los que se hacen vegetarianos por motivos fundamentalmente éticos, no meten al pescado en el mismo saco que al resto de los animales, quizá por que son ¿¡menos animales!? Pero lo que está claro es que los tres tipos de motivos ya comentados, se pueden aplicar igualmente al pescado.
Razones ambientales:
En lo que a la pesca se refiere, la humanidad está al nivel de las sociedades preagrícolas, con un tipo de organización básicamente cazador-recolector, pero con las herramientas del hombre industrial. Básicamente no hay cultivo, sino caza y recolección. El problema es que esa caza y esa recolección se ha sofisticado muchísimo, ha llegado a un alto nivel de éxito y a un altísimo nivel de absurda insostenibilidad.
Para que nos hagamos una idea, uno de los tipos de pesca más habituales, la pesca de arrastre, consiste básicamente, en arrasar todo un espacio, un ecosistema, para posteriormente en cubierta seleccionar lo comercialmente valioso. A modo de comparación simple, es como si arrasáramos los pastos, los bosques y las praderas para seleccionar las vacas y desechar todo lo demás, plantas y animales, además de haber destrozado el suelo con lo que se compromete la regeneración natural posterior.
De lo que se pesca, gran cantidad se desecha, son los descartes pesqueros, donde se incluyen los pezqueñines, que te dicen que no comas, que nunca llegan a tu casa, pero que sí se pescan y se matan, comprometiendo el reemplazo generacional.
Por otro lado los descartes pesqueros están cambiando el comportamiento natural de muchas aves marinas y otros depredadores acuáticos, al seguir a los barcos en lugar de dedicarse a lo suyo.
Otra de las técnicas de pesca más comunes son los palangres, que no son más que unas largas líneas (de ahí su nombre en inglés, "longline") de sedal con miles de anzuelos cebados. En estas líneas es donde más delfines, aves, focas, leones marinos, tiburones, tortugas y otros animales mueren innecesariamente. Este tipo de pesca es la que ha puesto al borde de la extinción a la población del Pacífico de tortuga laúd (Dermochelys coriacea), por citar algo que conozco.
Razones sociales:
Hasta la crisis de las vacas locas, la mayoría del pienso para ganado se producía con harinas de pescado, con lo que a un animal consumidor primario se le estaba convirtiendo en consumidor secundario, con el gasto energético que eso supone, aumentado al que ya supone por el hecho de criar animales para alimento.
Después de las vacas locas, las harinas pasaron a hacerse de soja básicamente, y lo que antes se usaba para harinas, ahora se usa fundamentalmente para engordar atún. Y ya estamos como antes. Los pobres no pueden comer ni fletán, porque los ricos nos cebamos a atún.
Razones éticas:
No veo diferencia en el hecho de comerse un animal u otro. Lo que sí es diferente es que por norma los peces viven tranquilamente en el mar hasta que les llega su red. Pero puestos a quejarse, diremos que no se les mata, se les deja morir en una muy lenta agonía, porque, a diferencia de los animales pulmonados, la mayoría de los peces puede seguir respirando, aunque muy reducidamente, fuera del agua.
Así que, ¿qué peces son buenos para comer? pues fundamentalmente los provenientes de la pesca artesanal, aunque no siempre. Durante los cursos en la isla, cada mañana, llega Chui (la forma familiar de llamar a los Jesús en México) a la playa con su pequeña panga cargada de algunos peces capturados al alba, y nos los cambia por verduras y frutas. Es pescado fresco, artesanal y capturado bajo ciertas regulaciones del Parque Nacional Marino Complejo Insular Espíritu Santo.
El acuario de Monterrey en California, ha editado una guía para el consumidor responsable de pescado, aunque incluye casi todas las especies comerciales a nivel mundial, no creo que sea muy útil en el contexto español. A ver si alguien se anima a hacer una similar adaptada a este contexto.

Pescadores artesanales en la Isla Espíritu Santo, Baja California Sur, México, pescando cebo con atarraya

19 abril 2007

Lobos y chopitos

Al norte de la Isla Espíritu Santo, más al norte incluso de la Isla La Partida, pero a un tiro de piedra de ésta, está La Lobería, conjunto de rocas de algo más de una hectárea con una buena colonia de lobos marinos (Zalophus californianus), que solemos visitar con los grupos para nadar con ellos.
Vista de Los Islotes en su cara Sur
Vista de Los Islotes en su cara Norte, con la isla La Partida al fondo

Como ya he comentado en otra ocasión, es una de las cosas más divertidas que puedes hacer bajo el agua y además, sin necesidad de todo el equipo de buceo, basta con aletas, máscara y tubo.
Foto de Mónica López Conlon
Un montón de lobos descansan de la dura jornada. Al fondo se ven las rocas manchadas con los excrementos de las aves marinas que allí anidan, como alcatraz pardo y de patas azules, fragata, pelícano occidental, gaviotas de patas amarillas, cormorán neotropical...

La semana pasada fue la última vez que fuimos y de entonces son estas fotos.

Macho dominante velando por sus hembras, poco antes de volver a sus quehaceres, esto es, dormir, comer y copular, por este orden


Pelícanos y cormoranes en las rocas de Los Islotes

Además, unas fotos de unos calamares varados en la playa, para que veáis como se las gastan aquí con los chopitos.

Calamar muy grande varado en la playa. Imaginaos un bocata de calamares con este individuo... ¡Ni Pepe Gotera y Otilio juntos!

Imagen formada por arena oscura y muy fina que las olas depositan en la orilla de la playa y que al retirarse, forman estos dibujos. El patrón de estas formaciones es igual al patrón de las ramas de los árboles, de los ríos y de otras muchas cosas "ramificadas", y tiene su fórmula matemática y modelos informáticos que generan imágenes similares.

17 abril 2007

Soy vegetariano... o no

Ahora que no se para de hablar del cambio climático y sus consecuencias, que las hay de todos los gustos, desde mucho calor, hasta vuelta a la era glacial (que todo puede ser, según leamos unos informes u otros, todos bien sesudos), voy a dedicar unas letras a explicar por qué soy vegetariano... o no.
De todos modos, parece que nada tiene que ver... o sí.
Razones ambientales:
La ganadería y la agricultura tienen efectos en los ecosistemas donde se desarrollan. Estos efectos pueden ser, positivos, actualmente casi nunca, o negativos, actualmente casi siempre.
En teoría ecológica se dice que la energía que pasa de un nivel trófico a otro superior tan sólo se aprovecha el 10% para generar biomasa. Vamos, que del 100% de lo que comemos, el 90% lo ocupamos en respirar y mantenernos vivos y calentitos, y sólo el 10% restante en crecer y desarrollarnos.
Con esta premisa en mente, parece simple entender que si comemos animales que comen plantas necesitaremos diez veces más energía que si comemos vegetales directamente, ya que los animales que nos comemos habrán comido a su vez vegetales y aprovechado tan sólo un 10% de ellos. Siguiendo el hilo, si comiéramos animales que comen animales que han comido plantas, necesitaríamos cien veces más.
Del mismo modo para alimentar a la misma cantidad de personas hará falta diez veces más territorio si los alimentamos con animales comedores de plantas que con vegetales.
En un mundo donde una importante parte de la población pasa hambre, alimentar animales que luego alimentarán personas, en lugar de alimentar a diez veces más personas directamente parece demencial, sin embargo, como hay ecosistemas más aptos para la explotación ganadera y otros más aptos para la explotación agrícola (entendiendo ésta como el cultivo de vegetales, exclusivamente), tradicionalmente se han dado zonas de ganadería y zonas de agricultura. En el caso español, está bien clara la diferencia, las zonas occidentales y ácidas son eminentemente ganaderas, y las zonas más básicas y orientales, básicamente agrícolas.
De cualquier modo, toda explotación agrícola, sensu lato, tiene ciertas repercusiones ambientales, y si no nos acomodamos a los distintos potenciales de los distintos ecosistemas, pueden ser, siguiendo la teoría ecológica del flujo energético, hasta diez veces mayores en la ganadería que en la agricultura.
Además de la pérdida de ecosistemas naturales y sus servicios ambientales por el avance de la frontera agrícola, con la consiguiente pérdida de diversidad; estamos expulsando CO2 a la atmósfera al quemar los bosques, con lo que antes de comenzar con la actividad agrícola, ya estamos colaborando con el cambio climático. Como para producir un kilo de carne se necesita un espacio diez veces mayor que para producir un kilo de vegetales...
Resultado: la ganadería es el principal agente deforestador del planeta.
¿Y nosotros que pensábamos que eran los chicos malos de las motosierras?
¡Y resulta que somos nosotros que nos comemos, literalmente, la selva!
Los gases de efecto invernadero son, para empezar, necesarios para nuestra supervivencia.
Esos gases son los que hacen que la Tierra no esté tan fría como Venus. Lo que pasa que, como dijo Paracelso, "el veneno no es la sustancia sino la dosis". Y por lo visto nos estamos pasando de dosis. Para obtener tierras para la ganadería, además del destrozo, expulsamos CO2, pero es que además el ganado emite otros gases efecto invernadero (además del CO2 que emitimos casi todos los seres vivos por el hecho de vivir), que resulta que son mucho peores, como el óxido nitroso y el metano.
Según un estudio de la FAO, la producción ganadera genera más gases de efecto invernadero, a lo largo de toda su cadena de producción, que el transporte privado. Según este estudio una vaca genera al día más gases de efecto invernadero que un coche medio al recorrer 50 kilómetros. Así que, como por ahí sugieren, si quieres hacer algo para frenar el cambio climático, ¡hazte vegetariano!
Razones sociales:
Por otro lado, resulta que la ganadería es injusta socialmente. Como la gran mayoría de la producción de soja se dedica a hacer piensos para la ganadería (desmontando así el argumento preferido de los carnívoros, ver National Geographic Enero 2007), se da la paradoja de que los países productores de soja, no pueden pagarla para comer, pero los productores de ganado estabulado (Europa básicamente) sí la pueden pagar para hacer pienso. Además de quitarles su comida, les estamos quitando sus tierras, en un orden diez veces superior al que ellos necesitarían.
Y, como diría Henry James, ¡otra vuelta de tuerca!
Ahora, para, presumiblemente, frenar el cambio climático, se quiere plantar maíz y soja para producir etanol y biodiesel. Eso implica primero, aumentar la frontera agrícola brutalmente, con la consiguiente deforestación y demás, y segundo, emplear productos alimenticios básicos, para producir combustible. Los ricos podremos pagar para movernos, lo que los pobres no podrán pagar para alimentarse. Ya hemos visto esto en México con la famosa crisis de la tortilla, pero esto no es más que el principio.
Sin meternos muy a fondo, está claro que no es justo socialmente que las vacas europeas valgan más que las personas africanas. Y que ocupemos campos para alimentar animales cuando hay personas que no tienen campos para alimentarse a sí mismas.
Razones éticas:
Aunque me importan, las considero menos importantes porque afectan al individuo y no al ecosistema o a la sociedad, y me refiero a las razones por las que la mayoría de vegetarianos lo son, la extrema crueldad con que se caracteriza la producción industrial de carne, donde lo mejor que te puede pasar es que te lleven al matadero.
Puestas así las cosas, parece que tenemos que dejar de comer carne completamente.
Pues no, y por eso esto se titula "Soy vegetariano... o no"
Puestos a comer carne, la carne ambiental, social y éticamente comestible es la de la ganadería extensiva que se da en ecosistemas no aptos para la agricultura, sensu stricto.
Y por poner un par de ejemplos, las vacas de raza negra avileña que se crían en los altos páramos de Castilla y donde es casi imposible plantar nada, y el cerdo ibérico, que se cría en los ecosistemas más valisosos biológicamente de la península ibérica, las dehesas, y que es el ejemplo perfecto.
Pero además podemos comer con la conciencia ambiental, social y ética tranquila, carne de caza.
Una vez que hemos destrozado los ecosistemas naturales y los hemos despojado de sus depredadores, alguien ha de hacer esa labor, y nos guste o no, la caza es hoy en día necesaria para controlar los hervívoros silvestres.
Así que realmente no soy vegetariano, aunque muchas veces digo que sí para no tener que contar este rollo, pero sólo como carne cuando sé que proviene de fuentes (por este orden de importancia) ambiental, social y éticamente admisibles.
Y otro día hablamos del pescado.

05 abril 2007

De ONG, Parroquias de Barrio y demás...

Hace poco escribí sobre la iniciativa de un ONG para pedir al Papa que declarara la carne proveniente de tortugas marinas como carne, para evitar su consumo en cuaresma (¡al menos en cuaresma!). Al hilo de eso me descargué un poco con la iglesia.
Me conecto a los periódicos españoles y veo que los cardenales españoles quieren cerrar un parroquia en Entrevías, al parecer, por cristiana.
La viñeta de El Roto en El País del martes 3 de abril es algo así como un Jesucristo diciendo: No, el Vaticano no es mi Reino. Lo que le da la razón a la parroquia de Entrevías, que Sí es su Reino.
Con esto, y antes de continuar, quiero dejar bien claro que una cosa es la iglesia de base, con importantes obras por todo el mundo y otra es el Vaticano, probablemente el Estado más depravado de la historia.
Vuelvo a leer el periódico digital (tengo que quitarme esta mala costumbre) y me entero que dos grandes ONG de esas de apradinar niños y demás, están involucradas en escándalos de desvío de dinero (¡vamos que se quedan con la pasta!).
Al parecer el presidente de una de ellas ya está en la carcel y la otra está siendo investigada, pero huele muy mal.
Claro la gente que "apadrinaba" a niños desde ni se sabe cuando, ahora dice que jamás volverá a apoyar a una ONG.
¡Estupendo!
Entiendo perfectamente la reacción de la gente, pero, obviamente no la comparto.
Lo primero, hay que saber que las ONG hacen mucho más que "apadrinar" niños. Simplemente, para apadrinar un niño, la logística que hay que establecer es enorme y los gastos que eso genera muy abultados (lo que no quiere decir que el dinero se vaya donde no debe). Pero lo que me parece increíble es la mente pueril de la gente que "apadrina" un niño, esperando con ilusión un dibujo o una carta de su "ahijado".
Casi lo primero que hace una ONG de desarrollo al llegar a una zona, es el alcantarillado y asegurar el suministro de agua potable. Nada que ver con apadrinar un niño, pero con mucho mayor impacto en toda la comunidad que rodea a ese niño y en ese niño.
Apadrinar un niño, comprar una cabra o una bicicleta, no son más que ejemplos de lo que las ONG hacen con el dinero que se les dona; lógicamente nunca te pedirán que les pagues un ordenador para gestionar todo eso, porque, aunque es igual de necesario, nadie daría un duro.
Si se quiere apoyar a una ONG hay que tener varias cosas claras:
Hay muchas más ONG honradas que de las otras.
Una ONG internacional tiene muchos gastos logísticos, si no quieres participar en ellos, apoya ONG locales que actúen en tu país, donde también hay muchas necesidades.
Los trabajadores de las ONG están tan cualificados como los de las empresas privadas, muchas veces incluso más; están dispuestos a dejarlo todo, (familia, amigos, costumbres, comida...) por lo que luchan, que es por lo que tú, estás pagando (aunque en general, creo que la gente paga simplemente para tranquilizar su conciencia), así que se merecen un sueldo más que justo, sin que se les tache de desviadores de fondos y sin que se les recrimine tener un buen sueldo (que nunca es el caso) porque trabajan en una ONG. Trabajar en una ONG no implica voto de pobreza y carencia de necesidades e incluso caprichos. Además ellos no saben de horas regulares y extras, todas las horas son pocas, eso sí lo saben.
Antes de dar dinero a nadie, infórmate bien de a quién se lo das. A veces algunas son tan grandes y conocidas que parece mentira que te vayan a engañar, pero con internet al alcance de los dedos es muy fácil informarse adecuadamente de todo, y no me refiero a visitar sus web, obviamente ahí todo es perfecto.
Las ONG religiosas tienen una cosa mala y otra buena. La mala es que son proseletistas (aunque ¿cuáles no lo son?), la buena es que los que las manejan, por sus fuertes creencias religiosas, son de fiar.
Y esto enlaza la noticia de la parroquia vallecana con la de las ONG. Puedes saber donde va el dinero de las organizaciones de las congregaciones religiosas, pero nunca sabrás donde va el dinero que llega a las altas jerarquias eclesiales: puede que vaya a un fondo de inversiones (independientemente de donde se invierta, en España todavía no se han puesto de moda los fondos con auditorías morales y ambientales como en EEUU), a una fábrica de preservativos, a una de tabaco, o a la carísima confección de las "imprescindibles" ropas de los cardenales y obispos.
Desde hace tiempo trabajo para distintas ONG, aunque de corte conservacionistas, éstas también están casi siempre ligadas al desarrollo, y noticias como estas son muy tristes y van seguidas de un decremento del apoyo económico.
Infórmate, pero que las malas noticias no acaben con el esfuerzo y duro trabajo de miles de ONG decentes, que hacen posible muchas y muy buenas cosas.
Aunque lo mejor sería que no existieran las ONG. Sería un buen síntoma.
Aquí os dejo una foto tomada en el Zócalo de Ciudad de México, donde se mezcla de todo.


Por cierto que he cambiado un poco el aspecto de la bitácora. Dicen que para leer, un fondo negro cansa menos y también gasta menos.

04 abril 2007

Lagartijas, serpientes y otras bichas

Hay más de 6000 especies de reptiles descritas en el mundo, sin contar las aves, ampliamente consideradas como dentro de los reptiles por la mayoría de los expertos.
Cuando íbamos a "ranear", así llamábamos a ir a buscar ranas en medio de la noche en medio de la lluvia, lo que más veíamos eran pequeños reptiles (o no tan pequeños, como aquélla noche que en medio del camino había un gran caimán... quizá siga ahí, porque nosotros no le molestamos) y de esas noches ya he enseñado algunas fotos de mis animales favoritos. Ahora les llega el turno a mis segundos animales favoritos.
Una de las cosas que más me gustaba de vivir en una selva tropical, era la cantidad de pequeños (y no tan pequeños) y distintos animales que te acompañan, y no me refiero a los insectos, que también, sino especialmente a esos animales que por la peregrina y estúpida razón de tener escamas, dan cierto asco y provocan rechazo en muchas personas.


Cocodrilo americano (Cocodrylus acutus), en la "piscina" de la Reserva Pacuare, Costa Rica



Una boa (Boa constrictor) mateniendo a raya a las ratas, en la despensa de la Reserva Pacuare, Costa Rica


Gran salamanquesa (Thecadactylus rapicaudata) que se dedicaba a comerse las polillas y cucarachas de nuestra habitación en la Reserva Pacuare, Costa Rica.



Pequeña lagartija anólido (Norops humilis), pululando por el jardín en busca de algo que llevarse a la boca. Reserva Pacuare, Costa Rica

Si además, a estos "asquerosos" animales les quitamos las patas, el asco muta en miedo, un miedo casi innato y culturalmente presente en casi todas las sociedades, por el simple hecho de que una pequeña parte de estos animales son venenosos.


Pequeña culebra (Imantodes inornatus) completamente inofensiva, en busca de huevos de ranas. La lengua bífida capta partículas del aire que luego analiza en un órgano que tienen en el paladar. Reserva Pacuare, Costa Rica

A veces teníamos la suerte de presenciar escenas de caza en primera línea de fuego (en la segunda foto, se puede apreciar, en los reflejos de los ojos de los contrincantes, las siluetas de los observadores y fotógrafos)


En este caso, una culebra (Oxybelis aeneus) ataca a una lagartija (Ameiva quadrilineata) por una pata trasera, pero ésta se revuelve y muerde la boca a la culebra. Fijaos que la parte inferior de la foto lo que aparece no son ramas, sino más culebra, que tenía completamente rodeada a su comida



Tras mucho forcejear (más de una hora así) la lagartija va notando los efectos del veneno en su pata mordida, en la que se podía apreciar ennegreciemiento. La culebra, sin miembros con los que manipular el alimento, y gracias a su habilidad para desencajar las mandíbulas inferiores, fue dando la vuelta a la lagartija, hasta empezar a engullirla por la cabeza...




...Y la lagartija, acaba sucumbiendo irremediablemente. En este punto, la lagartija de vez en cuando todavía movía la cola

Una foto de esta caza tomada por Ramón, fue publicada recientemente en el Boletín de la Asociación Herpetológica Española.
Y para finalizar, una foto de aquí mismo. Los animales aquí, cuentan con la ventaja de recibir mucho calor, así que son más activos y difíciles de fotografiar. Este lagarto (Petrosaurus thalassinus) es una especie endémica del sur de la Península de Baja California.