18 abril 2008

Mi nueva vida en Chitengo

Antes vivíamos en el extrarradio, en un bonito barrio residencial, tranquilo, rodeado de árboles, facoceros que venían todas las tarde a bañarse, babuínos que saltaban en el techo de las tiendas, pájaros multicolores por todas partes, pero a más de tres minutos del centro y al menos cuatro de la oficina.
Además cuando llovía mucho, también llovía dentro.
Ahora hemos apañado una casa en el centro, no demasiado céntrica, pero lo suficiente, a escasos segundos de la oficina y del centro, pero a espaldas de las incomodidades del jaleo habitual de los cascos antiguos.
Otra cosa en la que salimos ganando es la proximidad a la piscina y al restaurante, y en cualquier momento nos llevamos la comida a casa.
Las fotos de nuestro nuevo hogar...

La casa, bueno solo la mitad, la otra parte es de los compañeros favoritos de Mónica


La entrada con el mural de leones que pinté en mi tiempo libre


Los monos de ni caso al diablo, no han visto nada, no han oído nada y no dirán nada. Los tallé mientras descansaba de pintar el mural


El cuarto de estar, comedor, a veces salón, cuarto de invitados cuando los haya y lo que haga falta


El mismo cuarto pero desde el ángulo contrario


La habitación desde el cuarto de baño. La cama nos la hacen, por supuesto


Y parte de la habitación con el salón al fondo y la puerta principal (y única, ya se sabe casa de dos puertas...)

Pues eso es todo, espero que os haya gustado, a nosotros nos gusta mucho, aunque no pasamos mucho tiempo en ella.

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