Ése, en inglés, es el título de un libro surafricano que pude ojear en Johanesburgo, sobre experiencias de guías de safari en África.
Y el subtítulo: "Lo único que corre en África es la comida"
Los primeros días en África están siendo mucho más intensos de lo que esperaba.
Ayer estuve viendo un montón de animales beber, bañarse y refrescarse en un pequeño estanque que hay justo en frente de mi tienda (otro día enseñaré mi tienda, más parecido a las tiendas de "Mogambo" que a las de cualquier campamento que haya estado).
Por la tarde acompañé a Mónica a Vinho, pequeña comunidad al otro lado del río. Y en este pequeño detalle reside lo interesante.
El otro lado del río Pungué está al otro lado de donde estábamos nosotros, por lo que si quieres pasar a ese lado que está al otro lado, una de dos: o lo cruzas andando, posibilidad aceptable en la época seca, o lo cruzas en una pequeña canoa que está todo el día conectando ambos lados.
No estamos todavía en la época húmeda, pero el otro lado del río ya estaba lo suficientemente lejos como para coger la canoa, más cuando nos han dicho que todos los años muere alguien en el río por los cocodrilos.
Lo que no nos han dicho es si los cocodrilos pelan los cacahuetes o se los comen con cáscara.
De todas formas el cascarón que llaman canoa nos pasó al otro lado (y luego nos regresó a este lado), visitamos la comunidad, y vi mi primer baobab.
Precioso, enorme, sin hojas y con un letrero en su base: "Oficina de Censo".
Así, sin ninguna flecha.
El baobab era la oficina.
Los niños del pueblo me cantaron una canción de bienvenida. Uno hacía de director, cantaba sólo y luego los demás, con un chorro de voz que no sabes de dónde salía, la repetían. Así unas cuantas veces. Yo ya no sabía cómo decir "muito obrigado", que es lo único que ando diciendo por aquí desde que he llegado.
Esta mañana Tony, unos de los guías de safari, me ha avisado para que le acompañara a localizar unos hipopótamos cerca del río. Yo encantado, además para buscar hipopótamos no me tengo ni que poner las gafas.
El caso es que hemos ido a lo que para los turistas es un safari (¡mi primer safari!) y he visto un montón de cosas. Tres especies de antílopes, jabalí berrugoso o facóquero, babuinos, cocodrilos, varano del nilo, un montón de aves y muchos montones de mierda de elefante e hipopótamo.
Cada vez que bajábamos del coche (está prohibido bajar de los coches), Tony me advertía de lo peligroso que es (sic). En una de esas me dejé la puerta del coche abierta (total, si nadie se baja del coche, ¿quién lo va a robar?) y me dijo que debía cerrarla porque si venía un elefante la podía arrancar.
De un trompazo supongo.
Antes de avanzar un metro, Tony se pone las manos en las orejas y hace una parábola que dirige a todas partes secuencialmente para verificar que no hay "elefantes en la costa". Nos asomamos al río y nada, mucha mierda de hipopótamo, algunas huellas, y ya.
Por cierto, es verdad: Los guías de safari meten la mano en las mierdas, evalúan su temperatura "digitalmente" y dicen con aplomo cosas como: "es de anoche", "la depositó esta mañana", o, "es fresca, debe estar cerca".
Aunque no he visto ni elefante ni hipopótamo, mi primer safari ha sido un éxito, sobre todo teniendo en cuenta que cinco minutos antes no sabía que me iba de safari.
"Hola a todos todas" es el título de las cartas (de las de antes) que mandaba desde Costa Rica, adónde emigré en 2003, y que iban dirigidas a todos y a todas. Desde entonces he vivido en Ecuador, México y Mozambique y actualmente vivo en Kenia, desde donde escribo y cuelgo fotos a modo de ampliación de memoria. Disfruta, lee y comenta... o no. Besos y abrazos a todas todos.
31 octubre 2007
27 octubre 2007
Rumbo a Mozambique
Pues sí. Al fin me voy de España (antes de que se rompa, jeje). Y ya va siendo hora porque llevo casi seis meses aquí y... no aguanto más.
Mañana salgo para Mozambique, concretamente hacia el Parque Nacional de Gorongosa, en la provincia de Sofala, a unas tres horas de la segunda ciudad más importante del país, Beira.
Lo que menos me gusta es el rollo de los aeropuertos, el estrés de facturar esperando que no te digan que tienes mucho peso y que tienes que sacar algo (¡sólo me dejan llevar 20 kilos!), que me digan que no puedo llevar el trípode en la cabina porque con eso puedo secuestrar un avión y estrellarlo en las cuatro torres de la Castellana, que si paso por el detector de metales y se me ha olvidado facturar el peligrosísimo y afiladísimo cortauñas, objeto intimidatorio donde los haya con el que puedes conquistar un país, pequeño, eso sí.
Y luego las escalas, una en Frankfurt y otra en Johanesburgo, para llegar a Beira, que me recoja Mónica e irnos al parque.
Bueno no os aburro más, pero como estaba aburrido y he descubierto una herramienta muy inútil, pues os pongo unas imágenes.
Estamos en contacto y prometo que las próximas imágenes que cuelgue serán más interesantes (por cierto, Mónica vió ayer su primer león, un macho muy macho)
Mañana salgo para Mozambique, concretamente hacia el Parque Nacional de Gorongosa, en la provincia de Sofala, a unas tres horas de la segunda ciudad más importante del país, Beira.
Lo que menos me gusta es el rollo de los aeropuertos, el estrés de facturar esperando que no te digan que tienes mucho peso y que tienes que sacar algo (¡sólo me dejan llevar 20 kilos!), que me digan que no puedo llevar el trípode en la cabina porque con eso puedo secuestrar un avión y estrellarlo en las cuatro torres de la Castellana, que si paso por el detector de metales y se me ha olvidado facturar el peligrosísimo y afiladísimo cortauñas, objeto intimidatorio donde los haya con el que puedes conquistar un país, pequeño, eso sí.
Y luego las escalas, una en Frankfurt y otra en Johanesburgo, para llegar a Beira, que me recoja Mónica e irnos al parque.
Bueno no os aburro más, pero como estaba aburrido y he descubierto una herramienta muy inútil, pues os pongo unas imágenes.
25 octubre 2007
Carpe Diem
Hace unos días estuve con una gente tomando algo en un bar. Apenas tenían 28 años de edad, aunque por la ropa (traje de chaqueta y corbata) y el aspecto físico (entrados en kilos, canas y/o entradas), se diría que eran mayores que yo (vaqueros, camiseta raída, algún kilo de más pero no muchos, ni una cana y entradas las de siempre).
Tras unos minutos de conversación ya no había duda: ¡eran mayores que yo!
Con un espíritu más bien conservador, nos persuadían a tener un trabajo normal, con un contrato "decente" y estable, una hipóteca y todas esas cosas que se supone uno "debe" hacer cuando madura... ¡aunque no "quiera" hacerlas!
Cada vez que regreso de un trabajo en el extranjero y mientras enlazo con el siguiente, trabajo para una empresa poniendo carteles publicitarios en las fachadas de edificios o en andamios, con la que empecé a trabajar allá por 1998.
Lo que hace que vuelva siempre a ese trabajo, es que siempre que vuelvo permiten que me reincopore inmediatamente y que trabajo cuando quiero, al igual que el resto de mis compañeros.
Obviamente no es un trabajo muy estable y si estás pensando en formar una familia, quizá no sea el adecuado, pero si lo que estás pensando es trabajar lo mínimo y tener el máximo tiempo libre, es un buen trabajo. Es un trabajo en el que nunca harás lo que "debes", pero siempre disfrutarás de la vida como los demás desearían hacer pero nunca harán.
Antes de irme a trabajar fuera de España, trabajaba allí de manera más o menos continua; por las características del trabajo, pude compaginarlo con la carrera, a pesar de que Biológicas tiene una gran carga lectiva de prácticas de asistencia obligatoria, y además, cuando no estudiaba ni curraba, me iba a la montaña con algún compañero que estaba tan libre como yo. Habitualmente no era fin de semana, con lo que el campo está sólo y no tienes que hacer cola para escalar, esquiar o lo que sea.
Para que este tipo de trabajo te guste has de ser un "vainas" más que un "calamar"
Un vainas es aquél que disfruta de la vida y del momento sin importarle ni pensar en el futuro más allá de dos o tres semanas; que prefiere un trabajo inestable que no le ate aunque no le dé mucho dinero a uno estable con el que se forra pero le corta las alas.
Un calamar es un trabajador trajeado y encorbatado por exigencias del trabajo y que habitualmente prefiere todo lo contrario al vainas, esto es, un trabajo estable y bien pagado aun a costa de su libertad individual.
Yo soy claramente un vainas, y no me interesa lo más mínimo tener un trabajo estable si no es un trabajo que realmente me guste (fuera de España y en biología de la conservación, por si alguien tiene alguna oferta), ni una vida establecida como ¡dios manda!
Quiero disfrutar de la vida y de cada momento y lo único que me importa del futuro es que el domingo me voy a Mozambique a no sé muy bien qué, pero no me importa.
¿Inmadurez? ¿Complejo de Peter Pan?
Yo le llamo "hacer lo que quieres y no lo que debes".
Mucha gente me dice que querrían hacer lo que yo hago, pero es mentira, la gente desearía hacer lo que yo hago, pero no quieren, si quisieran, si realmente quisieran, lo harían.
Tras unos minutos de conversación ya no había duda: ¡eran mayores que yo!
Con un espíritu más bien conservador, nos persuadían a tener un trabajo normal, con un contrato "decente" y estable, una hipóteca y todas esas cosas que se supone uno "debe" hacer cuando madura... ¡aunque no "quiera" hacerlas!
Cada vez que regreso de un trabajo en el extranjero y mientras enlazo con el siguiente, trabajo para una empresa poniendo carteles publicitarios en las fachadas de edificios o en andamios, con la que empecé a trabajar allá por 1998.
Lo que hace que vuelva siempre a ese trabajo, es que siempre que vuelvo permiten que me reincopore inmediatamente y que trabajo cuando quiero, al igual que el resto de mis compañeros.
Obviamente no es un trabajo muy estable y si estás pensando en formar una familia, quizá no sea el adecuado, pero si lo que estás pensando es trabajar lo mínimo y tener el máximo tiempo libre, es un buen trabajo. Es un trabajo en el que nunca harás lo que "debes", pero siempre disfrutarás de la vida como los demás desearían hacer pero nunca harán.
Antes de irme a trabajar fuera de España, trabajaba allí de manera más o menos continua; por las características del trabajo, pude compaginarlo con la carrera, a pesar de que Biológicas tiene una gran carga lectiva de prácticas de asistencia obligatoria, y además, cuando no estudiaba ni curraba, me iba a la montaña con algún compañero que estaba tan libre como yo. Habitualmente no era fin de semana, con lo que el campo está sólo y no tienes que hacer cola para escalar, esquiar o lo que sea.
Foto: Jaime Portland
Colgado con Dani de El Corte Inglés de las Castellana de Madrid para poner los horribles y falsos pinos de Navidad
Colgado con Dani de El Corte Inglés de las Castellana de Madrid para poner los horribles y falsos pinos de Navidad
Para que este tipo de trabajo te guste has de ser un "vainas" más que un "calamar"
Un vainas es aquél que disfruta de la vida y del momento sin importarle ni pensar en el futuro más allá de dos o tres semanas; que prefiere un trabajo inestable que no le ate aunque no le dé mucho dinero a uno estable con el que se forra pero le corta las alas.
Un calamar es un trabajador trajeado y encorbatado por exigencias del trabajo y que habitualmente prefiere todo lo contrario al vainas, esto es, un trabajo estable y bien pagado aun a costa de su libertad individual.
Yo soy claramente un vainas, y no me interesa lo más mínimo tener un trabajo estable si no es un trabajo que realmente me guste (fuera de España y en biología de la conservación, por si alguien tiene alguna oferta), ni una vida establecida como ¡dios manda!
Quiero disfrutar de la vida y de cada momento y lo único que me importa del futuro es que el domingo me voy a Mozambique a no sé muy bien qué, pero no me importa.
¿Inmadurez? ¿Complejo de Peter Pan?
Yo le llamo "hacer lo que quieres y no lo que debes".
Mucha gente me dice que querrían hacer lo que yo hago, pero es mentira, la gente desearía hacer lo que yo hago, pero no quieren, si quisieran, si realmente quisieran, lo harían.
19 octubre 2007
Evolución
En general, la Teoría de la Evolución por Selección Natural de Darwin y Wallace, está muy mal entendida por la gente.
Aunque todo el mundo admite sin complejos que no entiende nada de la Teoría de la Relatividad, y lo entiendo, nadie admite que está en el mismo punto respecto a la de la selección natural, y sin embargo así es en gran cantidad de casos.
A pesar de que el trabajo de Darwin es el único que contesta razonablemente bien las viejas preguntas filosóficas de ¿quienes somos? ¿de dónde venimos? raramente es considerado como un filósofo.
Si escuchas a la gran mayoría de la gente hablando de Evolución, lo explican en plan "lamarckiano", esto es, la herencia de los caracteres adquiridos; vamos, que si vas al gimnasio y te pones como Governator, tus hijos estarán cachas aunque no hagan deporte en su vida.
"El Origen de las Especies" de Darwin es un compendio de ejemplos de Evolución por selección artificial y por selección natural, que tratan de dar verosimilitud a la teoría que intenta explicar. Sin embargo una simple tira cómica explica muy bien, y de modo mucho más accesible y comprensible para el lego, lo que significa y cómo funciona la citada teoría.
Traducción libre, de arriba a abajo y de izquierda a derecha:
Afortunadamente, aunque no se entienda, en nuestro país no existe la absurda guerra santa que los creacionistas llevan en EE.UU.
Aclaración 1: La Teoría es la Selección Natural, que es un mecanismo que trata de explicar cómo funciona la Evolución. Ésta es un hecho incontestable y una ley universal como lo es la gravitación, que quizá no esté plenamente explicada por la Selección Natural, pero que indudablemente existe.
Aclaración 2: La Teoría del Diseño Inteligente es como se llama eufemísticamente al creacionismo.
Aunque todo el mundo admite sin complejos que no entiende nada de la Teoría de la Relatividad, y lo entiendo, nadie admite que está en el mismo punto respecto a la de la selección natural, y sin embargo así es en gran cantidad de casos.
A pesar de que el trabajo de Darwin es el único que contesta razonablemente bien las viejas preguntas filosóficas de ¿quienes somos? ¿de dónde venimos? raramente es considerado como un filósofo.
Si escuchas a la gran mayoría de la gente hablando de Evolución, lo explican en plan "lamarckiano", esto es, la herencia de los caracteres adquiridos; vamos, que si vas al gimnasio y te pones como Governator, tus hijos estarán cachas aunque no hagan deporte en su vida.
"El Origen de las Especies" de Darwin es un compendio de ejemplos de Evolución por selección artificial y por selección natural, que tratan de dar verosimilitud a la teoría que intenta explicar. Sin embargo una simple tira cómica explica muy bien, y de modo mucho más accesible y comprensible para el lego, lo que significa y cómo funciona la citada teoría.
Traducción libre, de arriba a abajo y de izquierda a derecha:
Dr.: Uh, uh. Espero que sólo sea un creacionista de domingo.
Paciente: ¿Tuberculosis? ¡Oh Dios mío! ¿Está seguro?
Dr.: Me temo que sí, pero lo hemos cogido pronto.
P.: Así que ¿mi pronóstico es bueno?
Dr.: Depende ¿es usted creacionista?
P.: ¿Por qué? Sí, sí, ¿Por qué lo pregunta?
Dr.: Porque necesito saber si usted quiere que le trate el virus como era antes de los antibióticos o como es desde que ha evolucionado como una forma multiresistente a los medicamentos.
P.: ¿Evolucionado?
Dr.: Es su elección. Si va con la versión del arca de Noé, le recetaré simplemente estreptomicina.
P.: Eh... ¿Y cómo son los nuevos medicamentos?
Dr.: Son inteligentemente diseñados.
Otro ejemplo muy bueno de cómo funciona la selección natural, nos lo proporciona la continua sustitución de pesticidas en los cultivos una vez que las plagas evolucionan y se hacen resistentes. Paradójicamente, el llamado "cinturón de algodón " de EE.UU. es donde se concentran más creacionistas por metro cuadrado del mundo y es donde el necesario cambio anual de pesticidas, hace más patente (y caro) el curso de la evolución.Paciente: ¿Tuberculosis? ¡Oh Dios mío! ¿Está seguro?
Dr.: Me temo que sí, pero lo hemos cogido pronto.
P.: Así que ¿mi pronóstico es bueno?
Dr.: Depende ¿es usted creacionista?
P.: ¿Por qué? Sí, sí, ¿Por qué lo pregunta?
Dr.: Porque necesito saber si usted quiere que le trate el virus como era antes de los antibióticos o como es desde que ha evolucionado como una forma multiresistente a los medicamentos.
P.: ¿Evolucionado?
Dr.: Es su elección. Si va con la versión del arca de Noé, le recetaré simplemente estreptomicina.
P.: Eh... ¿Y cómo son los nuevos medicamentos?
Dr.: Son inteligentemente diseñados.
Afortunadamente, aunque no se entienda, en nuestro país no existe la absurda guerra santa que los creacionistas llevan en EE.UU.
Aclaración 1: La Teoría es la Selección Natural, que es un mecanismo que trata de explicar cómo funciona la Evolución. Ésta es un hecho incontestable y una ley universal como lo es la gravitación, que quizá no esté plenamente explicada por la Selección Natural, pero que indudablemente existe.
Aclaración 2: La Teoría del Diseño Inteligente es como se llama eufemísticamente al creacionismo.
18 octubre 2007
Alonso
En unos días medio mundo estará pendiente de una estúpida carrera de coches horribles, ruidosos, altamente contaminantes, irreales e inútiles, y media España (o más) estará animando a un corredor (probablemente de las mismas características que los coches que pilota), para que llegue el primero.
Esto es lo que se me viene a la cabeza cuando oigo el apellido que titula esta entrada. Pero afortunadamente, hay vida más allá de la estúpida intranscendencia que reina en nuestro mundo "civilizado".
Hay otro Alonso (Pedro), que es el director del ensayo de la que será la vacuna contra el paludismo. Dicho así parece poca cosa, pero el paludismo (o malaria) es una de las enfermedades que más muertes produce al año, y una vacuna sería una auténtica revolución.
Esta enfermedad no sólo es mortal para mucha gente, sino que además es responsable de gran parte del subdesarrollo en el que viven los países más afectados, ya que al infectar a millones de personas anualmente (la malaria se puede sufrir todos los años, es más como la gripe que como el sarampión que sólo se pasa una vez en la vida), hace que todo el transfondo socioeconómico que les rodea se vea alterado y trastocado. Por eso su uso no sólo salvará vidas, sino que ayudará mucho al desarrollo de África.
Y esto no es otra cortina de humo como la de Patarroyo, esto está publicado en The Lancet, la revista médica más prestigiosa del mundo y la notica ha saltado a todos los periódicos.
Así que, de vivir en un mundo civilizado, medio mundo estaría pendiente de la carrera contra la malaria y media España estaría animando a otro Alonso.
Por cierto que los ensayos se están llevando a cabo en Mozambique, están siendo desarrollados por GSK (una de las compañías farmaceúticas más grandes), el Hospital Clínico de Barcelona y subvencionados por la AECI y la Bill & Melinda Gates Foundation, curiosa, y esperemos que exitosa, mezcla.
Esto es lo que se me viene a la cabeza cuando oigo el apellido que titula esta entrada. Pero afortunadamente, hay vida más allá de la estúpida intranscendencia que reina en nuestro mundo "civilizado".
Hay otro Alonso (Pedro), que es el director del ensayo de la que será la vacuna contra el paludismo. Dicho así parece poca cosa, pero el paludismo (o malaria) es una de las enfermedades que más muertes produce al año, y una vacuna sería una auténtica revolución.
Esta enfermedad no sólo es mortal para mucha gente, sino que además es responsable de gran parte del subdesarrollo en el que viven los países más afectados, ya que al infectar a millones de personas anualmente (la malaria se puede sufrir todos los años, es más como la gripe que como el sarampión que sólo se pasa una vez en la vida), hace que todo el transfondo socioeconómico que les rodea se vea alterado y trastocado. Por eso su uso no sólo salvará vidas, sino que ayudará mucho al desarrollo de África.
Y esto no es otra cortina de humo como la de Patarroyo, esto está publicado en The Lancet, la revista médica más prestigiosa del mundo y la notica ha saltado a todos los periódicos.
Así que, de vivir en un mundo civilizado, medio mundo estaría pendiente de la carrera contra la malaria y media España estaría animando a otro Alonso.
Por cierto que los ensayos se están llevando a cabo en Mozambique, están siendo desarrollados por GSK (una de las compañías farmaceúticas más grandes), el Hospital Clínico de Barcelona y subvencionados por la AECI y la Bill & Melinda Gates Foundation, curiosa, y esperemos que exitosa, mezcla.
17 octubre 2007
Viajar, trabajar, escuchar, pensar...
Estoy a punto de comenzar una nueva etapa con un trabajo en Mozambique, del que ya hablaré próximamente. El caso es que cuando digo que me voy a trabajar a Mozambique (en este caso, pero me ha pasado anteriormente con otros destinos) la gente con tono de envidia sana, en general, me espeta con un lastimero: ¡Qué envidia, todo el día viajando!
Cuando me preguntan por lo que voy a hacer, trato de resumirlo diciendo que un inventario faunístico (en el caso actual) y me contestan con un sucinto: ¡Pues qué fácil: Uno, dos, tres...!
Cuando me preguntan por el lugar donde voy, me contestan enciclopédicamente con los últimos datos del susodicho lugar.
Y terminan admirando mi suerte, buena se supone.
Así que, antes de hacer una entrada contando lo que voy a hacer allí, voy a tratar de romper ciertos prejuicios, debidos fundamentalmente a la falta de atención y a lo poco que escucha la gente.
Ir a Mozambique a trabajar NO es viajar.
Sí, reconozco que tengo que coger un avión, hacer maletas, llegar a un lugar desconocido e incluso tramitar un visado, pero estoy seguro que si me quedo en Madrid, con el trabajo que suelo hacer aquí, viajaría más.
Por poner un ejemplo plausible: el año pasado me fui a Méjico 7 meses, de los que viajé 15 días al DF y Chihuahua, la gente con la que más salgo cuando estoy en España estuvo en Marruecos, Los Alpes y Vietnam y Laos, además de varios viajes cortos a Pirineos, Picos de Europa, a bucear, esquiar, escalar, montar en bici, subir montañas..., actividades todas que hecho mucho de menos.
Hacer un inventario no es lo mismo que hacer un censo, así que no se limita a contar, aunque también lo hagas. Lo difícil de un inventario es inventariar, para lo que primero hay que identificar la especie que ves, muy fácil si estás en Mozambique y ves un elefante, pero más complejo si ves una rana (sólo en el Parque al que voy hay más de 30 especies descritas, para que encima te digan que no se pueden creer que haya alguien que investiga ranas, a lo que contesto que hay quien investiga los nemátodos que tienen en el intestino los mosquitos que pican a las ranas), luego contar y finalmente transcribir toda esa información de manera ordenada, precisa y, en este caso, científica.
Las lecciones magistrales del lugar al que voy son bien venidas, aunque quizá sería bueno aclarar de antemano el grado de conocimiento del mismo, escuchar una lección de alguien que sabe menos que uno mismo, puede ser aburrido.
Y en cuanto a la suerte... creo que cada uno se busca la vida como quiere y sin bien ya he reconocido que en otras cosas he tenido suerte, no creo que en esto esté de acuerdo. Este tipo de trabajos están al alcance de cualquiera con mi formación y con internet, que quiera irse de su país, alejarse de sus amigos y familiares, tener unas condiciones económicas que no te permiten pensar en el futuro más allá de un año o un proyecto concreto, para volver con más experiencia pero igual que te has ido, SIN NADA y sabiendo que has de EMPEZAR DE CERO a buscarte la vida otra vez, para que te digan que cuánto viajas, qué fácil es tu trabajo y qué suerte tienes.
Lo que menos me gusta de que me hagan preguntas es que no sean escuchadas las respuestas. Ponte a pensarlo, seguro que a ti te escuchan menos de lo que piensas.
Ponte a pensarlo, tenemos dos oídos y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos, pero en general la gente hablamos el doble de lo que escuchamos.
Estamos acostumbrados a escuchar muy poco y a aburrir a la gente con nuestras cosas ¡que son las más importantes!
Eso es lo bueno que tiene este medio, yo hablo lo que me da la gana y que escuche el que quiera y hasta donde quiera, que yo no me voy a enfadar.
Cuando me preguntan por lo que voy a hacer, trato de resumirlo diciendo que un inventario faunístico (en el caso actual) y me contestan con un sucinto: ¡Pues qué fácil: Uno, dos, tres...!
Cuando me preguntan por el lugar donde voy, me contestan enciclopédicamente con los últimos datos del susodicho lugar.
Y terminan admirando mi suerte, buena se supone.
Así que, antes de hacer una entrada contando lo que voy a hacer allí, voy a tratar de romper ciertos prejuicios, debidos fundamentalmente a la falta de atención y a lo poco que escucha la gente.
Ir a Mozambique a trabajar NO es viajar.
Sí, reconozco que tengo que coger un avión, hacer maletas, llegar a un lugar desconocido e incluso tramitar un visado, pero estoy seguro que si me quedo en Madrid, con el trabajo que suelo hacer aquí, viajaría más.
Por poner un ejemplo plausible: el año pasado me fui a Méjico 7 meses, de los que viajé 15 días al DF y Chihuahua, la gente con la que más salgo cuando estoy en España estuvo en Marruecos, Los Alpes y Vietnam y Laos, además de varios viajes cortos a Pirineos, Picos de Europa, a bucear, esquiar, escalar, montar en bici, subir montañas..., actividades todas que hecho mucho de menos.
Hacer un inventario no es lo mismo que hacer un censo, así que no se limita a contar, aunque también lo hagas. Lo difícil de un inventario es inventariar, para lo que primero hay que identificar la especie que ves, muy fácil si estás en Mozambique y ves un elefante, pero más complejo si ves una rana (sólo en el Parque al que voy hay más de 30 especies descritas, para que encima te digan que no se pueden creer que haya alguien que investiga ranas, a lo que contesto que hay quien investiga los nemátodos que tienen en el intestino los mosquitos que pican a las ranas), luego contar y finalmente transcribir toda esa información de manera ordenada, precisa y, en este caso, científica.
Las lecciones magistrales del lugar al que voy son bien venidas, aunque quizá sería bueno aclarar de antemano el grado de conocimiento del mismo, escuchar una lección de alguien que sabe menos que uno mismo, puede ser aburrido.
Y en cuanto a la suerte... creo que cada uno se busca la vida como quiere y sin bien ya he reconocido que en otras cosas he tenido suerte, no creo que en esto esté de acuerdo. Este tipo de trabajos están al alcance de cualquiera con mi formación y con internet, que quiera irse de su país, alejarse de sus amigos y familiares, tener unas condiciones económicas que no te permiten pensar en el futuro más allá de un año o un proyecto concreto, para volver con más experiencia pero igual que te has ido, SIN NADA y sabiendo que has de EMPEZAR DE CERO a buscarte la vida otra vez, para que te digan que cuánto viajas, qué fácil es tu trabajo y qué suerte tienes.
Lo que menos me gusta de que me hagan preguntas es que no sean escuchadas las respuestas. Ponte a pensarlo, seguro que a ti te escuchan menos de lo que piensas.
Ponte a pensarlo, tenemos dos oídos y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos, pero en general la gente hablamos el doble de lo que escuchamos.
Estamos acostumbrados a escuchar muy poco y a aburrir a la gente con nuestras cosas ¡que son las más importantes!
Eso es lo bueno que tiene este medio, yo hablo lo que me da la gana y que escuche el que quiera y hasta donde quiera, que yo no me voy a enfadar.
12 octubre 2007
De perros, gatos y demás
Hace unos años en Nicaragua, con unos amigos que habían venido a visitarnos, surgió una discusión sobre perros y gatos.
Mónica acababa de estar en Galápagos donde los programas de conservación con mayor presupuesto son los encaminados a la eliminación de las especies invasoras, entre las que se encuentran muchas plantas (Galápagos tiene más plantas introducidas que autóctonas) y animales como burros, cerdos, cabras, ratas, perros y gatos. La manera de eliminar estos elementos alóctonos no es muy sutil que se diga, en el caso de los animales se matan directamente y con trampas y venenos. Quizá pueda parecer una barbaridad desde nuestra cómoda y limitada cosmovisión, pero es la única que ha dado resultados y la única manera de no perder las especies autóctonas mundialmente famosas de ese archipiélago. En la discusión, nuestros amigos, muy vehementemente, esgrimían razones de tipo ético para sacar a esos animales de las islas sin matarlos. Muy bonito, pero absolutamente irrealizable.
Los animales domésticos, especialmente perros y gatos pero también cerdos, burros y cabras, están entre las causas más repetidas en la lista de especies en peligro de extinción. Países como Nueva Zelanda o estados como Hawaii, gastan millonadas (en Euros, no en pesetas) en el control de estos animales, ya que son los responsables (los responsables finales somos nosotros, eso está claro) de la extinción de decenas de especies, sobre todo de aves, que en ambientes insulares les da por no volar.
Hace poco en La Nación, periódico más vendido de Costa Rica, venía un artículo sobre un "artista" que en una exposición había amarrado a un perro famélico con una cuerda como "expresión artística". Aparte del repugnante gusto del "artista" (cosa que parecen compartir muchos "artistas modernos", el gusto repugnante, digo), cuando fue increpado por su acción el susodicho no dijo más que verdades, a saber: que todos los asistentes a la exposición lo habían visto y que nadie había hecho nada, que si lo ves en un museo levanta polémica pero si lo ves en la calle ni lo ves, que nadie se apiadó del perro y que lo que quería resaltar era la hipocresía de la gente. Desde luego resaltó su falta de arte y de gusto, pero también cumplió con su objetivo.
Y de esto, de la hipocresía de la gente (donde me incluyo, no soy tan coherente como me gustaría) y de la falta de una cosmovisión acertada y pegada a la realidad de la gente es de lo que van unos datos que he leído por la "blogesfera" y que enlazo aquí para hacer pensar a todo aquél que quiera pensar un poco. Sólo un dato, al hilo de lo arriba expuesto, escribo aquí:
"El primer mundo gasta en comida para mascotas casi tanto como en la lucha contra el hambre" (de State of the World 2004: Special Focus: The Consumer Society).
Siempre he pensado que el primer mundo tiene tanto dinero que tiene dinero para todo, para perros, para gatos y para arreglar el mundo, así que...
Mónica acababa de estar en Galápagos donde los programas de conservación con mayor presupuesto son los encaminados a la eliminación de las especies invasoras, entre las que se encuentran muchas plantas (Galápagos tiene más plantas introducidas que autóctonas) y animales como burros, cerdos, cabras, ratas, perros y gatos. La manera de eliminar estos elementos alóctonos no es muy sutil que se diga, en el caso de los animales se matan directamente y con trampas y venenos. Quizá pueda parecer una barbaridad desde nuestra cómoda y limitada cosmovisión, pero es la única que ha dado resultados y la única manera de no perder las especies autóctonas mundialmente famosas de ese archipiélago. En la discusión, nuestros amigos, muy vehementemente, esgrimían razones de tipo ético para sacar a esos animales de las islas sin matarlos. Muy bonito, pero absolutamente irrealizable.
Los animales domésticos, especialmente perros y gatos pero también cerdos, burros y cabras, están entre las causas más repetidas en la lista de especies en peligro de extinción. Países como Nueva Zelanda o estados como Hawaii, gastan millonadas (en Euros, no en pesetas) en el control de estos animales, ya que son los responsables (los responsables finales somos nosotros, eso está claro) de la extinción de decenas de especies, sobre todo de aves, que en ambientes insulares les da por no volar.
Hace poco en La Nación, periódico más vendido de Costa Rica, venía un artículo sobre un "artista" que en una exposición había amarrado a un perro famélico con una cuerda como "expresión artística". Aparte del repugnante gusto del "artista" (cosa que parecen compartir muchos "artistas modernos", el gusto repugnante, digo), cuando fue increpado por su acción el susodicho no dijo más que verdades, a saber: que todos los asistentes a la exposición lo habían visto y que nadie había hecho nada, que si lo ves en un museo levanta polémica pero si lo ves en la calle ni lo ves, que nadie se apiadó del perro y que lo que quería resaltar era la hipocresía de la gente. Desde luego resaltó su falta de arte y de gusto, pero también cumplió con su objetivo.
Y de esto, de la hipocresía de la gente (donde me incluyo, no soy tan coherente como me gustaría) y de la falta de una cosmovisión acertada y pegada a la realidad de la gente es de lo que van unos datos que he leído por la "blogesfera" y que enlazo aquí para hacer pensar a todo aquél que quiera pensar un poco. Sólo un dato, al hilo de lo arriba expuesto, escribo aquí:
"El primer mundo gasta en comida para mascotas casi tanto como en la lucha contra el hambre" (de State of the World 2004: Special Focus: The Consumer Society).
Siempre he pensado que el primer mundo tiene tanto dinero que tiene dinero para todo, para perros, para gatos y para arreglar el mundo, así que...
07 octubre 2007
El Cambio Climático
Desde luego el tema está de moda y todos nos apuntamos a hacer algo en contra. Aunque en realidad el clima ha estado cambiando constantemente desde el inicio de los tiempos, el problema ahora, radica en la velocidad a la que lo está haciendo y a la que somos incapaces de adaptarnos.
Pero esto es verdad en parte. Como humanidad en conjunto, es verdad, pero como individuos... pues cada uno tendrá su propia realidad. La sociedad rica en la que vivimos podrá capear el temporal bastante exitosamente y adaptarse de mil maneras a los cambios que se produzcan. Que hace calor: más aire acondicionado; que frío: más calefacción; que el nivel del mar sube: pues a construir muros como en Holanda...
La gran mayoría de las personas de los países pobres no tendrán estas opciones de adaptación y sus únicas opciones pasarán por la migración de su lugar de origen a otros más fríos, más cálidos o más altos. Así que, en contra de lo que la mayoría piensa, el cambio climático no afecta a todos por igual. De hecho, mientras aquí apenas hacemos rutinarios, pequeños detalles para estar "contra el cambio climático" en muchos sitios ya se han producido cambios radicales en la vida de la gente para "sobrevivir al cambio climático".
La Fundación Escenarios de Sostenibilidad está produciendo un documental titulado "Refugiados de la Tierra. Migraciones por Clima en África", que vincula las migraciones humanas con el cambio climático, y ha colgado un vídeo en su blog y en youtube, y que aquí cuelgo para vuestra comodidad. El vídeo no es más que un adelanto de lo que será un completo documental de tres capítulos.
Merece la pena aprender un poco más sobre cómo el aceleramiento del cambio climático causado por las sociedades ricas afecta negativamente, sobre todo, a las sociedades pobres.
Pero esto es verdad en parte. Como humanidad en conjunto, es verdad, pero como individuos... pues cada uno tendrá su propia realidad. La sociedad rica en la que vivimos podrá capear el temporal bastante exitosamente y adaptarse de mil maneras a los cambios que se produzcan. Que hace calor: más aire acondicionado; que frío: más calefacción; que el nivel del mar sube: pues a construir muros como en Holanda...
La gran mayoría de las personas de los países pobres no tendrán estas opciones de adaptación y sus únicas opciones pasarán por la migración de su lugar de origen a otros más fríos, más cálidos o más altos. Así que, en contra de lo que la mayoría piensa, el cambio climático no afecta a todos por igual. De hecho, mientras aquí apenas hacemos rutinarios, pequeños detalles para estar "contra el cambio climático" en muchos sitios ya se han producido cambios radicales en la vida de la gente para "sobrevivir al cambio climático".
La Fundación Escenarios de Sostenibilidad está produciendo un documental titulado "Refugiados de la Tierra. Migraciones por Clima en África", que vincula las migraciones humanas con el cambio climático, y ha colgado un vídeo en su blog y en youtube, y que aquí cuelgo para vuestra comodidad. El vídeo no es más que un adelanto de lo que será un completo documental de tres capítulos.
Merece la pena aprender un poco más sobre cómo el aceleramiento del cambio climático causado por las sociedades ricas afecta negativamente, sobre todo, a las sociedades pobres.
05 octubre 2007
Caótica Mónica
La verdad es que soy bastante ordenado, organizado y ortodoxo en mi manera de hacer las cosas, y eso a pesar de mi aversión al "orden establecido" y mi tendencia francamente iconoclasta.
Cualquiera diría que las cosas salen bien gracias al orden, la organización y la ortodoxia y que son tres características ligadas a la consecución de metas y objetivos ambiciosos y elevados.
Por el contario, el desorden, la desorganización y la heterodoxia suelen estar vinculadas con la consecución de metas y objetivos menos elevados o directamente con el fracaso.
En un libro muy popular en EE.UU actualmente, se alaba el desorden y el caos como paradigma de la creatividad, rompiendo así los esquemas de todos los padres del mundo que insisten, hasta el infinito y más allá, en que mantengas el orden, seas organizado y te atengas a la ortodoxia social de cada momento (claro que de haber cumplido ésto todo el mundo, éste sería de lo más aburrido).
Justificando el desorden como algo positivo basándose en este libro, se están diseñando escritorios digitales desordenados para ordenadores (lo cual es una auténtica paradoja y quizá nos lleve a recuperar el nombre de computadoras para tan familiar electrodoméstico con el fin de deshacer tal sinsentido) y que quizá ayuden en su creatividad a esas personas que todos conocemos y que son más de los desordenados, desorganizados y heterodoxos que de los otros.
En el tiempo que llevo que Mónica, y habiendo trabajado prácticamente lo mismo y con parecidas responsabilidades, yo con mi orden, organización y ortodoxia no he podido sacarme la última asignatura de Biología que me falta para licenciarme, mientras que ella con su autogenerado caos (o a través de él) se ha sacado sobresalientemente, la mitad de un doctorado (¡y a pesar de su tutor!).
¡Enhorabuena!
Cualquiera diría que las cosas salen bien gracias al orden, la organización y la ortodoxia y que son tres características ligadas a la consecución de metas y objetivos ambiciosos y elevados.
Por el contario, el desorden, la desorganización y la heterodoxia suelen estar vinculadas con la consecución de metas y objetivos menos elevados o directamente con el fracaso.
En un libro muy popular en EE.UU actualmente, se alaba el desorden y el caos como paradigma de la creatividad, rompiendo así los esquemas de todos los padres del mundo que insisten, hasta el infinito y más allá, en que mantengas el orden, seas organizado y te atengas a la ortodoxia social de cada momento (claro que de haber cumplido ésto todo el mundo, éste sería de lo más aburrido).
Justificando el desorden como algo positivo basándose en este libro, se están diseñando escritorios digitales desordenados para ordenadores (lo cual es una auténtica paradoja y quizá nos lleve a recuperar el nombre de computadoras para tan familiar electrodoméstico con el fin de deshacer tal sinsentido) y que quizá ayuden en su creatividad a esas personas que todos conocemos y que son más de los desordenados, desorganizados y heterodoxos que de los otros.
En el tiempo que llevo que Mónica, y habiendo trabajado prácticamente lo mismo y con parecidas responsabilidades, yo con mi orden, organización y ortodoxia no he podido sacarme la última asignatura de Biología que me falta para licenciarme, mientras que ella con su autogenerado caos (o a través de él) se ha sacado sobresalientemente, la mitad de un doctorado (¡y a pesar de su tutor!).
¡Enhorabuena!
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