22 mayo 2008

Macho alfa

En el argot etológico, macho alfa es el macho principal de una manada, habitualmente de mamíferos, y por tanto es el jefe de la manada, salvo en los pocos casos de sociedades matriarcales, donde el jefe de la manada sería la hembra alfa, como pasa con las hienas.
Viajar con seis chicas por la costa sur de Mozambique y el Parque Nacional de Kruger, me ha convertido, a mi pesar, en macho alfa, aunque yo, por mi condición fisiológica, sería más del tipo "individuo satélite", aquél que merodea la manada y cuando el alfa se despista... ¡zas!, y por mi "estado civil" estaría más cerca del perro del hortelano, en caso de tener que espantar a nadie.
Afortunadamente, a pesar de todo, no he tenido que actuar como un alfa al uso, esto es, espantar satélites buscando una triste oportunidad, y no porque "mi harén" no tuviera atractivo, sino por el decrépito comportamiento de "mis" hembras, dormidas antes de que anocheciera... en España. Está claro que vinieron a descansar, probablemente lo merecían, pero dormir más de ocho horas diarias, incluso en vacaciones, se me antoja excesivo. Al menos no interfería en nuestras actividades y yo, como alfa, me dedicaba a velar el redil.
El viaje para ellas lo podríamos dividir en tres partes, por lo que dedicaré otras tantas entradas al mismo, la primera su llegada a Mozambique y traslado inmediato al Parque Nacional de Gorongosa, mientras Mónica ultimaba ciertos detalles laborales y "apanhaba" una muy inoportuna malaria. La segunda parte sería el viaje por la costa de Mozambique pasando por Inhasoro, Vilankulo, Ihnambane y Tofo. Y la tercera la visita al Parque Nacional de Kruger, en Suráfrica.
Pero antes de pasar a los detalles (y fotos) de nuestro periplo, quiero presentar a las participantes del mismo, con fotos y todo... de las que más les gustan a ellas, de esas que hay que aumentar mucho para ver detalles que de otro modo se nos escaparían.
Todas, salvo una, son compañeras de Mónica de la facultad y por tanto se conocen ya hace tiempo y de hecho, tres de ellas nos visitaron hace cinco años en Costa Rica (¡cinco años ya!).
Amaia, siempre conjugada incluso en las peores circunstancias y aunque los únicos con posibilidad de apreciarlo sean leones, elefantes y demás. Arrastraba una mochila enorme y hasta el último día tenía ropa limpia y a estrenar. ¡Llevaba maquillaje!


Sí, aquí también llevaba maquillaje

Aquí se aprecia mejor lo que comentaba y su famosa "metida de mentón" para posar

Elena, la única que no es de Ambientales, la conocimos en navidad a través de Pili, y se acopló perfectamente a un grupo de chicas bastante poco conocidas para ella. Con otra mochila enorme, no sé cómo consiguió pasar las aduanas africanas y europeas de regreso sin pagar los impuestos de exportación e importación comercial de artesanía.


Preparándose para el buceo... ¿será que le aprieta mucho el neopreno?



Y en otra toma más relajada


Laura, su mochila no solo era enorme, sino que además era un saco de sorpresas: encontró en ella, un móvil que había perdido en Francia hace dos años. Además estaba llena de pijamas, aunque ella decía que "solo" dos lo eran (¡Solo!, ¿quién viaja con pijama?, es más ¿quién viaja con dos pijamas?), para el resto de los mortales se podía hacer difícil diferenciar entre sus camisetas y sus pijamas.


Con una de sus camisetas-pijama intercambiables, poco antes de echarse a dormir

Y aquí poco antes del safari nocturno


Pili, con una mochila normal según mis estándares, pequeña, según los de ellas, regresó a España con la satisfacción de no llevarse 108 picaduras de mosquitos y sin compañía alienígena (en Costa Rica se infectó de "larva migrans" y estaba en cierto modo algo asustada con el trópico).


Celebrando que todavía no había sido picada ni una vez

Y con una pose relajada poco antes de la inmersión en Barra

Sandra, otra con mochila tirando a normal, la única que no siguió ningún tratamiento antipalúdico y, paradójicamente, la menos paranoica con la amenaza díptera. Su condición de vegetariana la disfrutamos todos al no tomar parte en la orgía ibérica en que se convertían todas las cenas y algunas comidas.

Nada más llegar a Beira, al encontrarnos en el aeropuerto, con cara de emoción


En la autocaravana que alquilamos para visitar Kruger

Y la sexta, Mónica, que empezó el viaje con malaria y se perdió todos los buceos, pero ningún jamón, chorizo ni lomo.

Poco después de recuperarse de su malaria y poco antes de perder sus prótesis dentales

Y aquí, todavía con los dientes enteros, con una gorra de Laura, que llevaba dos y ambas por sí mismas darían para una entrada en este blog... quizá en un futuro

El equipo buceador al completo acostumbrando la vista hacia abajo. Sólo falta la palúdica que prefirió no bucear para no contagiar a los peces, todavía libres de esta enfermedad

Las chicas, interpretando sus animales favoritos en una de las rocas que sobresalen en la sabana de Kruger. Esta foto nos dice mucho de la fauna local

A nuestro regreso todo el mundo me preguntaba que qué tal había sido viajar con seis chicas. Y esto es lo que tenía que decir al respecto. Por falta de espacio no comento nada de los botiquines de urgencias que cada una llevaba y que ya quisieran los hospitales locales y artilugios variopintos como abaníco, bragas de papel, tres tipos de repelente antimosquitos, pulseras repelentes, ultrasonidos repelentes y lo imprescindible en cualquier maleta ibérica que se precie, jamón, chorizo, queso, lomo...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Iniakee, yo soy Peter de Australia y decir a tí que tus amigas son las más guapas del planeta , qué suerte poder viajar con ellas, y llenarte de anécdotas que seguro contarás al detalle en círculos más pequeños.

Mónica dijo...

http://tolweb.org/Diptera/8226
dípteros son mosquitos y moscas
y no se me han roto los dientes, es el photoshop
besotes y no te metas pa lo hondoooo

Perico dijo...

Menuda mandada Iñaki, que no te pase nada tío... ;)

Un saludo alfa.