28 agosto 2008

Serengeti: Planicie Eterna

Dejamos atrás la aldea massai y nos dirigimos a toda velocidad a Lobo, una de las zonas habilitadas para alojamientos en el Parque Nacional de Serengeti, el más grande de Tanzania, que es, más o menos, dos veces la comunidad de Madrid, pero que si lo unimos a otros espacios protegidos colindantes como el Área de Conservación Ngorongoro, la Reserva de Massai Mara en Kenia y varias concesiones de caza que conforman el ecosistema de Serengeti, resulta un espacio mayor que Costa Rica.
Pero, eso dicen, como el tamaño no importa, resulta que en este espacio, se haya la mayor concentración de fauna terrestre del mundo, con la mayor variedad de antílopes y carnívoros, así como más de 500 especies de aves y el mayor movimiento migratorio terrestre del planeta.
Esto último es, probablemente, lo que le ha dado la fama, una manada de unos dos millones de animales (la mitad son ñúes y la otra mitad cebras y gacelas de Thompson), girando constantemente en todo este territorio buscando los mejores pastos, alimentando a la mejor representación de carnívoros del planeta y cruzando ríos repletos de cocodrilos.
Cuando llegamos, la manada estaba en el lejano norte y no la vimos, pero por momentos, hay lugares donde los animales residentes son tantos, que no te haces idea de no estar viendo la gran manada. Verla, ocupando las interminables planicies del Serengeti (que eso es lo que significa),
debe ser inabarcable, física y psíquicamente.
Como parte de su ecosistema, está Ngorongoro, un gran cráter con un diámetro de 16 kilómetros, una superficie de más de 800.000 hectáreas y más de 600 metros de elevación sobre su interior.
Este gradiente altitudinal permite que en menos de una hora en coche, salgamos de un bosque nublado, a horcajadas de ambos lados de la cresta del cráter, y lleguemos a una pradera con lagunas salobres y otros humedales en el fondo, pasando por toda una gradación de ecosistemas que hacen del espacio un lugar de ensueño.
Para no desmerecer estos míticos lugares con mi torpe prosa, os dejo con las fotografías y así sólo los desmerezco con mis torpes instantáneas.

A toda velocidad hacia Lobo, pero un arcoíris al atardecer nos hace señas para que le fotografiemos


En el mismo camino, con el cielo muy gris y a punto de llover, una jirafa se aparta a nuestro paso


Ya muy cerca del lodge, nos encontramos con un grupo de coches con los turistas asomados y mirando a este leopardo haciendo la digestión de lo que parece un impala


A la mañana siguiente, dando vueltas por el área de Lobo, una zona de sabana con acacias más húmeda que las planicies del sur, por lo que ahora, época seca, se ve más fauna. Aquí, además de cebras, vemos, al fondo, a uno de los antílopes más grandes que existen, un grupo de eland, que nunca antes habíamos visto. Como casi todos los avistamientos anteriores y posteriores, éste se debió también a la excelente vista de Mónica


Otro antílope poco frecuente, que aunque ya visto en otras ocasiones, nunca tan bien como en Serengeti, el kongoni, del grupo de los alcelafos, del que se han establecido 8 subespecies, o especies, según los autores


Un búfalo


Un saltarrocas en las inmediaciones del lodge, que estaba en un kopje


Los kopjes (leído "copis") son unas formaciones rocosas que abundan por todo Serengeti, salpicadas aquí y allá en toda la planicie. Algunas son apenas cuatro rocas y otras están constituidas por un buen montón, formando una pequeña cadena montañosa. Los kopjes son los restos que quedan por una erosión diferencial de materiales, de modo que las rocas más blandas han sido erosionadas y han desaparecido y las más duras, de granito como éstas, han perdurado y dado lugar a estos salientes llamados kopje, es el mismo concepto que ya había visto en Mozambique y que había llamado inselberg, pero estos son más pequeños, excelentes para practicar "bloque" sino fuera porque les encantan a los leones para divisar el paisaje.
Casi todos los hoteles, así como el centro de visitantes y el puesto de entrada del parque, aprovechan un kopje para montar sus instalaciones, resultando instalaciones muy bonitas y espectaculares, sobre las rocas de las más diversas formas. Además los kopjes tienen su propia fauna exclusiva, como los saltarrocas y los damanes


En las rocas del hotel de Seronera, estaban estos damanes, animales bastante extraños, aparentemente similares a grandes roedores, pero que están más emparentados taxonómicamente con los elefantes. Hay dos tipos de damanes en esta zona, los damanes de las rocas y los damanes de los arbustos, cada tipo con varias especies. Nosotros pudimos ver las dos especies más comunes en Serengeti.
La teoría más aceptada sobre el origen de la palabra de España, dice que cuando los fenicios arribaron a nuestras costas vieron un montón de conejos a los que confundieron con damanes, muy comunes en las costas fenicias y llamaron a esta parte del mundo "tierra de damanes" que a los romanos les sonó algo parecido a "Hispania". Quien desconoce a estos animales, suele decir que España significa "tierra de conejos" que es un error, zoológico y etimológico, bastante común. Una explicación mucho más detallada de esto, aunque comete el error de llamar roedores a los damanes, la podéis ver aquí


Único guepardo que vimos en el parque, no muy bien visto y sin correr. La foto está aumentada por lo que la calidad no es muy buena, pero se aprecian las dos bandas negras que le bajan desde los ojos hasta la boca, que lo hacen inconfundible con los leopardos


Tántalo africano, inmaduro, un tipo de cigüeña bastante común


Antílope Topi. Muchos nombres comunes de los antílopes son locales, ya que al no existir en otras partes del mundo, no hay palabras en otros idiomas. El topi pertenece a un grupo damaliscos, del que se consideran cinco subespecies, pero que algunos los consideran especies en sí mismas


Gacelas thompson, bastante comunes en todas las planicies, a veces en zonas aparentemente agostadas y sin nada de donde extraer algo de valor nutritivo


Piscina de hipopótamos, repleta de hipopótamos y sus excrementos. En plena época seca, el agua escasea y los hipopótamos se arremolinan en los pocos remansos que quedan, sin molestarse a salir de ella para excretar


Tras ver a los hipopótamos revolcarse en su propia mierda, lo que pudiera recordar al parlamento y otros lugares similares, nos disponemos a seguir ruta, con el techo levantado para no perder detalle


Un grupo de elefantes se acerca demasiado al coche. Las que habéis estado en Kruger con nosotros, ya podréis imaginar cómo se pudo Mónica. Y encima el guía diciendo, como si fuera verosímil, que este elefante de la foto, había atacado a algún coche en el pasado...


Una hembra con su cría, con una cierta actitud precavida ante nuestra presencia. Por cierto, y por decir algo más, las crías de los elefantes NO maman con la trompa, sino directamente con la boca y las hembras solo tienen dos mamas torácicas, vamos, como las hembras humanas


¡Ahí hay algo interesante!
Seguro que no se han parado a observar el árbol salchicha



Y esto es lo que había.
El que considero el mamífero más bonito del planeta (quizá después del murciélago de herradura) y el único de los big five que Mónica y yo todavía no habíamos visto. A pesar de haber más de 20 coches bajo el árbol, el animal ni se inmutaba y solo se movía para dar la vuelta a la cabeza y apoyarse sobre la otra mejilla



En ruta por el parque


Típica estampa del sur del parque, con praderas infinitas salpicadas de algún kopje y rebosantes de animales. En este sitio pudimos observar más o menos juntos, más o menos revueltos, gacelas thompson, gacelas grandt, topi, kongoni y redunca de bohor


A veces alguna acacia consigue crecer entre el pasto y destaca en el paisaje, como la pareja de antílope jeroglífico, la hembra a la izquierda y el macho un poco más atrás a la derecha.
Tras la explosión del volcán que dejó el cráter de Ngorongoro, las cenizas cayeron sobre una gran superficie durante mucho tiempo, creando una gruesa capa que, por las condiciones ambientales del momento, se endureció mucho, lo que ha impedido a las raíces de las plantas leñosas crecer al no poder penetrar esa capa endurecida, motivo por el que Serengeti es como es. Los pocos árboles que hay, se supone que aprovechan alguna grieta entre las cenizas. Como veíamos más arriba, no todo Serengeti es así, hay partes de sabana arbolada; en esas partes no llegaron las cenizas del volcán


Una hiena olfatea el aire en busca de la cena.
Aunque las hienas tienen muy mala fama entre los animales por su condición de carroñeras, me resulta uno de los animales más interesantes. Aunque son básicamente carroñeros, son muy buenos cazadores también, y los únicos carnívoros capaces de quebrar, de un mordisco, un hueso largo de un antílope adulto, por lo que está considerado como el mordisco más potente de la sabana. Otra característica que les hace únicos, es que las hembras tienen el clítoris hipertrofiado que, unido a su mayor tamaño con relación al macho, hace que muchas veces se confundan los sexos. Parece ser que la hipertrofia del clítoris se debe a un exagerado nivel de testosterona en las hembras, que son las dominantes de las manadas. Las hienas, además, se encuentran entre los animales que dispensan mayor cuidado parental y aunque lo parezcan, no son cánidos, son hiénidos



Una gacela de Grandt.
Ambas gacelas con fotos en esta entrada, llevan nombre de exploradores victorianos: James Augustus Grandt empezó como capitán a las órdenes de John Haning Speke, descubridor para el imperio británico de las fuentes del Nilo, cosa que ya sabían todos por allí, menos ellos. La otra gacela, debe su nombre a Joseph Thompson, primer explorador victoriano en atravesar el, por entonces, peligrosísimo país massai. El arrogante etnocentrismo occidental tiene cuatro patas en estos dos casos


Alóe con flores en el kopje de la entrada al parque, donde hay un bonito mirador


Mónica, aguantando mi manía de fotografiarla en toda situación, al lado del alóe, con las planicies del Serengeti al fondo


Una mangosta enana, el carnívoro más pequeño de la zona


Macho de agama o lagarto de fuego. Los agámidos son unas lagartijas bastante grandes con fuertes patas y exclusivas del viejo mundo


Primer plano de otro agama


Primer plano de una inflorescencia de un alóe


Un ave secretario, ceporrete que diría Javier, una de las aves más extrañas que existen y por lo que se le ha puesto en una familia para ella sola


Y para despedirnos de Serengeti con buen sabor de boca (muy a pesar del guía), ocho cachorros de león haciendo el tonto para que les miremos


Aquí, tres de ellos que se acercaron para que pudiéramos verles mejor


Saludando a los colegas


Y retozando con ellos. Daban ganas de bajarse del coche y cogerlos un rato, pero... ¿quién te ha dicho a ti que no se trata de una nueva estrategia de las leonas para conseguir comida fácil?


Cambiamos de lugar.
El cráter de Ngorongoro desde la cresta. La foto está así de alargada porque es la unión de cuatro fotos distintas



Foto de grupo en, más o menos, el mismo sitio de la foto anterior


En la terraza del hotel, Mónica sigue aguantando y mirando el cráter desde un balcón privilegiado, con cierta ansiedad de estar ya allí abajo


Y foto de grupo desde la misma terraza. Se ve el lago salino detrás nuestro. Estaba repleto de flamencos


Primeras imágenes del fondo del cráter nada más terminar la vertiginosa bajada


Grupo de grullas damiselas al borde del lago


Un grupo de hipopótamos que disfruta de un ambiente mucho más húmedo y menos mierdoso


Pareja de avestruces, el macho a la izquierda, en pleno cortejo. En las avestruces, son los machos los que cuidan de los huevos, lo que les deja tiempo a las hembras para poner huevos allá donde haya un macho dispuesto a fertilizárselos. Bien mirado, es una estrategia reproductiva que debería estar más extendida entre las aves, ya que parece más eficaz a la hora de cumplir con "la llamada de la naturaleza" (coincidente con los requisitos vaticanos del "multiplicaos y poblad el mundo". Y es que la jerarquía católica, queriéndonos alejarnos de los animales y sus "perversos" hábitos sexuales, no hace sino acercarnos a ellos)


Una cebra delante de un grupo mixto de cebras y ñúes. Ambos animales se llevan muy bien porque, aunque parezca lo contrario, comen cosas diferentes, por lo que no compiten entre sí y se "ajuntan"


Macho viejo y solitario de elefante. En el cráter del Ngorongoro solo hay machos no reproductivos de elefante, no hay ni hembras, ni crías, ni machos que pretendan reproducirse. La razón parece ser que la bajada a estos lares es demasiado empinada para los elefantes pequeños, que no tienen una psicomotricidad muy coordinada que digamos, y las madres, muy atentas ellas, pasan de arriesgarse. Claro, los machos jóvenes no van a ir a donde no pueden demostrar su virilidad, así que aquéllo parece el geriátrico de los "colmilludos". Las jirafas, muy patosas como salta a la vista, tampoco se atreven a bajar y están, del mismo modo, ausentes del fondo del cráter


Un ñu. El hecho de que migren, aunque entraña riesgos, ha hecho de ellos el antílope más exitoso y abundante del gran ecosistema del Serengeti, con más de un millón de individuos


Una cebra bien gorda, que tiene toda la pinta de estar a punto de parir, si no fuera porque era un macho. Desde luego debe ser un sitio ideal para picar algo


Autorretrato (¡lo que hay que aguantar!)


Parada en el lago para comer. En este sitio a la hora de la comida estaban todos los coches que ese día recorrían el parque, más de sesenta. Había una pareja de milano negro, tratando de pillar al vuelo algún bocadillo despistado, por lo que debías comer con cuidado de los ataques aéreos


Este estornino esperaba pacientemente a que nos levantáramos para comerse las migajas


Una gran manada de cebras y ñúes nos despiden cerca de donde comienza la carretera de subida (hay una de subida y otra de bajada, para que no tengas que preocuparte, además, de si viene alguien de frente)


Desde el final de la subida, despedida del cráter de Ngorongoro y de los safaris por Tanzania

También vimos rinoceronte negro, pero estaba muy lejos y en la foto apenas se aprecia, así que os la ahorro.
Y después de esto nos fuimos a Zanzíbar, la capital de la histórica costa Swahili

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ngorongoro, según Javier Reverté, uno de esos sitios que hay que visitar antes de morir, lo más parecido El paraiso terrenal de El Bosco en la vida real.

Anónimo dijo...

¡Qué fotos! Menuda envidia ya podiamos haber visto tanto animal en Gorongosa... Habrá que volver a África esta vez sobre tierra firme y no tanto por debajo del agua.
Besos
Manuela