Así de simple, y como si fuera gracioso, se refiere todavía mucha gente a la adolescencia, porque, según ellos, habría que meter a los adolescentes en un armario hasta que se les pase.
Muy gracioso.
Probablemente esta manera de pensar sea la base de muchos de los problemas que se tienen a esa edad y al igual que se ha puesto de moda salir del armario por razones de identificación sexual, debería ponerse de moda, sacar a los adolescentes del armario aislacionista en el que les metemos y empezar a tratarles como a personas, hacerles caso (que al fin y al cabo es lo único que quieren y es por eso por lo que los adultos los califican de insoportables) y comprender que están pasando por una transformación hormonal increíble, por lo que habría que ser comprensivo en cuanto a sus cambios de humor repentinos, rechazos sistemáticos y autoafirmación exacerbada.
Personalmente creo que en cierto modo no he dejado esa edad y todavía disfruto más y soy más libre, cuando estoy rodeado de adolescentes, que cuando estoy rodeado de adultos con los que no tengo mucha confianza.
Una vez leí que "madurar es hacer lo que debes y no lo que quieres", obviamente nunca maduraré, al menos en ese sentido.
Se supone que llegas a una edad y tienes que comprarte un coche, luego echarte una pareja seria, plantearte un futuro común, casarte o similar, tener hijos... y eso es lo que debes y por eso lo hace mucha gente, sin esperar a que realmente quieras hacerlo.
Yo creo que madurar es hacer las cosas cuando quieres hacerlas y no cuando debes hacerlas.
¿Que por qué escribo esto?, pues porque me lo paso que te cagas con los chavales y porque me jode que sea una edad tan denostada por los adultos, temida por los padres de los niños preadolescentes y despreciada por los postadolescentes.
Ser adolescente puede ser lo mejor de la vida y al mismo tiempo lo peor, y a nosotros, los supuestamente adultos y maduros, nos corresponde que haya más de lo primero que de los segundo
3 comentarios:
pues si pues si. Yo no sé si nunca la llegué a pasar o si todavía estoy en ello. En cualquier caso no echo de menos esas edades, inseguridades, confusiones, granos...
Bueno, yo tampoco la recuerdo con mucho cariño, para qué engañarme, porque estaba medio loca y no era capaz de entender nada de lo que me pasaba, pero eso si, no he olvidado como era y eso es que algo queda.Cuando charlo con adolescentes no me siento lejos de ellos. Además tengo diarios escritos de esa época de mi vida que curiosamente escribí pensando que si un día tenía hijos no iba a olvidar que yo también pasé por lo mismo, sólo tengo que releerlos y es cierto que no hay demasiada distancia entre lo que fui y lo que soy, entre ellos y yo. Sólo han cambiado las cosas que tenían que cambiar y menos mal, la verdad. Muy buena reflexión, que no cuesta nada recordar que todos pasamos por ahí.
Anda, resulta que no odiabas a todos los niños del mundo, y sobre todo a tus lobatos!!
Yo si odiaba MI adolescencia, porque no tenía novia (suspiro).
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