17 octubre 2007

Viajar, trabajar, escuchar, pensar...

Estoy a punto de comenzar una nueva etapa con un trabajo en Mozambique, del que ya hablaré próximamente. El caso es que cuando digo que me voy a trabajar a Mozambique (en este caso, pero me ha pasado anteriormente con otros destinos) la gente con tono de envidia sana, en general, me espeta con un lastimero: ¡Qué envidia, todo el día viajando!
Cuando me preguntan por lo que voy a hacer, trato de resumirlo diciendo que un inventario faunístico (en el caso actual) y me contestan con un sucinto: ¡Pues qué fácil: Uno, dos, tres...!
Cuando me preguntan por el lugar donde voy, me contestan enciclopédicamente con los últimos datos del susodicho lugar.
Y terminan admirando mi suerte, buena se supone.
Así que, antes de hacer una entrada contando lo que voy a hacer allí, voy a tratar de romper ciertos prejuicios, debidos fundamentalmente a la falta de atención y a lo poco que escucha la gente.
Ir a Mozambique a trabajar NO es viajar.
Sí, reconozco que tengo que coger un avión, hacer maletas, llegar a un lugar desconocido e incluso tramitar un visado, pero estoy seguro que si me quedo en Madrid, con el trabajo que suelo hacer aquí, viajaría más.
Por poner un ejemplo plausible: el año pasado me fui a Méjico 7 meses, de los que viajé 15 días al DF y Chihuahua, la gente con la que más salgo cuando estoy en España estuvo en Marruecos, Los Alpes y Vietnam y Laos, además de varios viajes cortos a Pirineos, Picos de Europa, a bucear, esquiar, escalar, montar en bici, subir montañas..., actividades todas que hecho mucho de menos.
Hacer un inventario no es lo mismo que hacer un censo, así que no se limita a contar, aunque también lo hagas. Lo difícil de un inventario es inventariar, para lo que primero hay que identificar la especie que ves, muy fácil si estás en Mozambique y ves un elefante, pero más complejo si ves una rana (sólo en el Parque al que voy hay más de 30 especies descritas, para que encima te digan que no se pueden creer que haya alguien que investiga ranas, a lo que contesto que hay quien investiga los nemátodos que tienen en el intestino los mosquitos que pican a las ranas), luego contar y finalmente transcribir toda esa información de manera ordenada, precisa y, en este caso, científica.
Las lecciones magistrales del lugar al que voy son bien venidas, aunque quizá sería bueno aclarar de antemano el grado de conocimiento del mismo, escuchar una lección de alguien que sabe menos que uno mismo, puede ser aburrido.
Y en cuanto a la suerte... creo que cada uno se busca la vida como quiere y sin bien ya he reconocido que en otras cosas he tenido suerte, no creo que en esto esté de acuerdo. Este tipo de trabajos están al alcance de cualquiera con mi formación y con internet, que quiera irse de su país, alejarse de sus amigos y familiares, tener unas condiciones económicas que no te permiten pensar en el futuro más allá de un año o un proyecto concreto, para volver con más experiencia pero igual que te has ido, SIN NADA y sabiendo que has de EMPEZAR DE CERO a buscarte la vida otra vez, para que te digan que cuánto viajas, qué fácil es tu trabajo y qué suerte tienes.
Lo que menos me gusta de que me hagan preguntas es que no sean escuchadas las respuestas. Ponte a pensarlo, seguro que a ti te escuchan menos de lo que piensas.
Ponte a pensarlo, tenemos dos oídos y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos, pero en general la gente hablamos el doble de lo que escuchamos.
Estamos acostumbrados a escuchar muy poco y a aburrir a la gente con nuestras cosas ¡que son las más importantes!
Eso es lo bueno que tiene este medio, yo hablo lo que me da la gana y que escuche el que quiera y hasta donde quiera, que yo no me voy a enfadar.

2 comentarios:

Carlos dijo...

Suerte por Mozambique, no olvides la cinta de slack y por fa....llévate un cámara de fotos digital para poder alegrarnos algunos días con tus imágenes (...si hay conexión a internet ...claro).

Efectivamente: tenemos dos orejas y una boca ...no al contrario, como curiosidad decirte que saber escuchar no sólo es sinónimo de inteligencia ..también de salud mental.

Carlos dijo...

En 5º de carrera había una asignatura que era psicopatología. De las cosas que dejaron huella en mi memoria era la teoría de un americano (nada más me salga su nombre te mando un enlace ...hace años) que venía a decir algo así como que gran parte de las neurosis tienen como base la elobaración de constructos que no se corresponden con la realidad y que su verbalización los refuerza.
Esto podría resumirse en algo así como que una persona al verbalizar como cierto algo aumenta su propia percepción de credibilidad del mensaje ...aunque no sea cierto (en la vida podrás observar ejemplos de estos a patadas).
Realmente, como bien apuntas en tu post, bastantes personas hablan por los codos con fin (entre otros) no de ser ecuchados (que en muchas osciones es casi imposible ...pesados, pesados)sino de cimentar su contructo (en el aire ..pero eso es otra historia).
De ahí, que si en vez de hablar tanto, escuchásemos más, ni cansariamos, ni nos engañaríamos a nosotros mismos.
Esto, cuando ocupa espacios patológicos, ejem...sentirse odiado por alguien, o engañado lleva ...al infierno mental.
Si consigo recordar el nombre del autor de esta teoría y algún texto más esclarecedor te lo mando.

(disculpa la longitud del post---infumable por mi parte--me lo tendré que ir mirando ;-)))