22 noviembre 2007

Muerte entre las flores

El otro día fui a un lugar llamado "Bue María" cercano a Chitengo. Es un bonito lugar bastante elevado sobre el río Pungwe, así que tienes unas vistas increíbles de todo el bosque de miombo (que así se llama la sabana arbórea donde está situado el parque), el río y las montañas al fondo.
Iba con la gente que está haciendo el inventario de plantas (ya sabéis mucho más que contarlas), y Mónica me había dicho que por esa zona había minas, así que no debía salirme del camino.
En cuanto llegamos comencé a quedarme un poco por detrás de ellos, así como quien no quiere la cosa... para disimular me ajusté las sandalias (¡podría quedarme sin piernas, pero no sin sandalias!), y procedí a seguirles.
Poco tiempo después vi que iban sin cuidado por todas partes, así que supuse que no había minas en el lugar o que ellos carecían de la información que yo poseía. De cualquier manera, preferí despreocuparme.
La zona era una antigua granja colonial donde todavía se podían ver los restos de las construcciones allí presentes, ya invadidas por la vegetación y sobre todo por las higueras, ¡increíbles árboles!
Recolectamos unas cuantas plantas, fotografié una lagartija nueva para mí y regresamos.
Esta mañana han llamado a la puerta de la oficina de Mónica, donde yo estaba revisando mi correo, y nos han dicho que habían encontrado tres minas en el vertedero de Chitengo, donde precisamente el otro día estuvimos tirando toda la basura recolectada tras la operación organizada por Mónica a tal efecto.
El caso es que nos han avisado para que no nos asustáramos, ya que las iban a explotar.
Treinta minutos después y absortos en las pantallas de nuestros ordenadores, un fuerte ruído grave y seco, nos saca del ciberespacio y nos recuerda lo que ya habíamos olvidado.
La oficina, la típica caseta de obra, retumba de arriba a abajo. No me puedo creer que eso esté pensado para herir personas y no para matarlas. Eso me explota cerca y me muero del susto.
Unos minutos más tarde y hacen explosión la segunda y poco después la tercera.
Incluso ésta última asusta.

El río Pungwe desde Bue María


Una de las plantas recolectadas. En el momento de la recolección no sabían exactamente lo que era, y ahora yo todavía no lo sé


Una pequeña higuera abriéndose camino entre las rocas para crecer. La vida de estos árboles es mucho mas interesante de lo que pueda parecer, y el ciclo de los higos (que no son frutos, sino conjuntos de flores) es increíble


Restos de la granja colonial


Más restos, éstos con pinta de haber formado parte de las cuadras. Las construcciones de las casas son muy similares a las actuales viviendas españolas, sobre todo en lo que se refiere a la robustez de los muros

Las minas antipersona siguen matando gente. Y va para largo ya que se calcula que hay más de 110 millones de minas enterradas.

2 comentarios:

Mónica dijo...

Casi un 5% del presupuesto de las infraestructuras del parque se van a la "desminación" o desminagem como se llama aquí, y ¿sabéis quien forma la empresa de desminagem mas importante del país? las personas que hace 20 años pusieron las minas (sólo los de un bando). Son los más eficientes, ya que saben, con bastante precisión, dónde están. Es un negocio redondo...

Jose Abella dijo...

Veo que os lo estais pasando bomba!!