30 enero 2010

Presas

Estaba en clase de Ecología de los Recursos Naturales, ¿o era Sistemas Ambientales? no lo recuerdo bien, lo que sí recuerdo muy bien era el profesor, Miguel Ángel Casado, el mejor profesor de la facultad junto con José Luis Tellería.
La discusión había pasado de flemática a apasionada y de apasionada a vehemente en pocos minutos.
La mayoría de los alumnos no parecían entender lo que el profesor trataba de explicar y basaban sus argumentos en los valores, válidos pero muy insuficientes, por los que se crearon los primeros parques nacionales del mundo un siglo antes: belleza estética.
El profesor en ecología Miguel Ángel Casado estaba hablando de la idoneidad de construir presas o no y, en el inevitable caso de que sí, dónde debía priorizarse la construcción y dónde debía priorizarse la conservación.
Aunque en un primer momento me llamó profundamente la atención, en seguida pillé el concepto y los motivos, por lo que no discutí en absoluto.
Él afirmaba que era mejor construir varias presas en ríos pequeños de alta montaña, ya que estos ríos abundan mucho, ya que cada montaña tiene unos cuantos; y sin embargo había que evitar su construcción en los grandes ríos, ya que de éstos apenas hay unos pocos y por tanto, aunque sean menos atractivos estéticamente, son más originales, menos comunes que los ríos de montaña y más valiosos biológicamente.
Parece que una presa en un río de montaña tiene un impacto enorme, pero al fin y al cabo en los valles adyacentes, hay otros ríos de similares características.
Sin embargo, en el caso español, apenas hay 10 grandes ríos, por lo que sepultar uno ya es un gran impacto y una gran pérdida. Pérdidas ya acontecidas, puesto que no queda ningún río grande español sin presas.
Hace poco hablaba del impacto de la presa en Riaño, y si bien es cierto que es una presa inútil, que ese es otro tema, no lo es menos que en ese tramo siguen existiendo valles igualmente bonitos y valisoso sin presas.
Pero el valle medio del Duero o el del Ebro, que ambos están llenos de presas, son únicos en España, y su represa supone la pérdida de ecosistemas únicos y originales.
Todo este rollo para decir que estoy absolutamente en contra de las presas en los ríos grandes y que si son necesarias, pues que se construyan en los ríos más pequeños; claro que no en todos pues entoces acabamos igual.
Hay aquí una polémica en Kenia por las represas que está construyendo la "cooperación italiana" en Etiopía, concretamente en el valle del río Omo, cuyo tramo bajo está declarado Patrimonio de la Humanidad ya que, este valle concentra la mayor diversidad étnica y cultural de toda Etiopía, lo cual es casi como decir de todo el mundo; además de una fantástica diversidad biológica.
Actualmente están construyendo la tercera presa que estará completada en 2012 y que acabará con al menos 8 formas de vida humana (etnias) únicas y exclusivas de este valle.
La polémica en Kenia es porque destruirá el delta del río Omo en el lago Turkana, el mayor lago en un desierto del mundo, a la vez que el modo de vida de un montón de gente que vive de y alrededor de este lago.
Lo paradójico, por las dos partes, es que Etiopía no quiere la energía que va a producir más que para venderla, (dinero), por lo que no puede justificar la presa de ninguna otra manera, y la mayoría de la energía será comprada por Kenia, para ser usada principalmente en Nairobi, muy lejos de donde es producida. De modo que nadie en las zonas de la presa se verá beneficiada por ella.
Está claro que Etiopía necesita el dinero y Kenia la energía, pero seguro que hay otras maneras de hacerlo a menor coste, ambiental, social y económico, porque a pesar de lo que nos dicen, las presas grandes siempre acaban costando mucho más de lo presupuestado y finalmente el dinero de la generación de energía se lo quedarán los constructores y explotadores de la planta (en ambos casos italianos, que desde luego no se mueren de hambre).
Metido ya en faena, repaso la página de International Rivers y se me cae el alma a los pies.
Hay presas proyectadas, lo cual afortunadamente no significa que vayan a realizarse, en algunos de los ríos más impresionantes del mundo: hasta 11 proyectos chinos en el Mekong de Laos; varios proyectos brasileños en el río Madeira, un simple afluente del Amazonas, pero que es el cuarto río más caudaloso del mundo; y proyectos franceses para embalsar el río Congo, el segundo río más grande del mundo y una de las cuencas fluviales más valiosas biológicamente del mundo. El objetivo de esta última es llevar la energía a Suráfrica e incluso a Europa: ¡Demencial!
Nos venden la energía hidraúlica como renovable (no en España, donde la generación hidraúlica se cuenta por separado de la eólica y solar), y etimológicamente lo es, pero desde luego no es ecológica, y el impacto de la presa aumenta exponencialmente con el aumento del tamaño de la misma.
Además, aguas abajo los impactos ambientales, sociales y económicos a largo plazo, hacen las grandes presas mucho más caras de lo que se dice. Un buen ejemplo es la casi completa destrucción de las pesquerías del delta del Nilo que acabaron con la forma de vida de miles de pescadores artesanales tras la construcción de Assuam y que nunca se cuantificó en el debe.
Esto es como la política, no hay partidos buenos sino menos malos: no hay soluciones buenas sino menos malas; y yo, prefiero las centrales nucleares necesarias bien montadas donde sean, a unas presas que se carguen los ríos más míticos del mundo.
Sólo tres ejemplos que me vienen así de memoria, de lo que las presas han destruído:
Bajo una de las presas del Duero en sus arribes, estaba la catarata más grande el España, todo el Duero, desplomándose en un salto de 40 metros, según contaba José Antonio Valverde en sus memorias.
Bajo la presa de Itaipú, entre Paraguay y Brasil, estaba la catarata de los Saltos de Guairá, los de mayor volumen de agua de todo el planeta; el río Paraná desplomándose en 18 saltos de hasta 40 metros por un angosto paso de 60 metros de ancho.
La presa de Cabora Basa en Mozambique, sobre el Zambeze, prácticamente ha acabado con su delta, el mayor del Índico. Además, la falta de seguridad que da la presa en cuanto a las riadas, hace que la gente se asiente en sus riberas y cuando llegan las crecidas que la presa no puede controlar, los efectos devastadores son mucho mayores, como sucedió con las inundaciones de 2002.
Realmente estos tres sitios ¿no se merecían su absolución por su unicidad?

6 comentarios:

Unknown dijo...

hijo que didactico estas hoy ,es la primera vez te oigo hablar positibamente de la nuclear,por aqui estan liados los politicos por los residuos como enlos ultimos habia tanta demagogia no se aclaran odicen no hacerlo.c

Iñaki Abella Gutiérrez dijo...

Por cierto enhorabuena por tu primer comentario, ¡al fin lo has conseguido!
Un beso

Mónica dijo...

Un artículo sobre la presa en el rio Omo, en el sur de Etiopía, que amenaza el lago Turkana, incluso mete caña Leakey (el arqueólogo/antropólogo que trabaja en la cuna de la humanidad) Besos

Kenya: un barrage éthiopien menace le lac Turkana

Les ressources de centaines de milliers de Kényans vivant dans la région du lac Turkana (nord du Kenya) risquent d'être détruites par la construction d'un barrage hydro-électrique en Ethiopie sur l'un des principaux affluents du lac, a mis en garde mercredi une ONG écologiste.

Actuellement en construction sur la rivière Omo, dans le sud de l'Ethiopie voisine, le barrage de Gilegel Gibe III doit être mis en service en 2013 et produira alors environ 420 mégawatts (MW) d'électricité.

La rivière Omo, qui prend sa source en Ethiopie, est l'un des principaux affluents du lac Turkana. A terme, trois barrages seront opérationnels sur son cours, avec deux autres centrales situées à 250 km au sud de la capitale éthiopienne Addis Abeba.

Deux ans seront nécessaires pour que se remplisse la retenue d'eau de Gilegel Gibe III, période au cours de laquelle la salinité du lac Turkana, non alimenté, augmentera considérablement, dégradant la biodiversité et menaçant l'économie locale, a affirmé une organisation écologiste kényane, les Amis du lac Turkana.

Cette ONG demande la suspension des travaux pour que le gouvernement kényan, censé à terme importer une partie de l'électricité produite par le barrage, puisse évaluer l'impact du projet éthiopien sur l'environnement et les populations locales.

"Nous demandons aux autorités kényanes de réévaluer et de bien penser à ce qu'elles sont en train de faire, avant qu'il ne soit trop tard", a expliqué au cours d'une conférence de presse une responsable des Amis du lac Turkana, Samia Bwana.

Près de 300.000 personnes vivent de la pêche et de l'élevage sur les rives du Turkana, plus grand lac de la planète situé en zone désertique. Des centaines de milliers d'autres habitants, agriculteurs et éleveurs, dépendent des crues annuelles de la rivière Omo pour leurs cultures ou l'alimentation de leurs bétails.

"Le projet éthiopien n'apportera rien d'autre qu'une tragédie et du mal au Kenya", a estimé Richard Leakey, paléoanthropologue kényan et défenseur de l'environnement.

"Nous dépendons d'un pays réputé pour ses sécheresses à répétition, son manque d'eau qui ont pour conséquence l'exportation d'une électricité à un prix très coûteux. Il n'y a pas d'avenir dans cette partie aride de l'Afrique pour l'électricité hydroélectrique", a ajouté M. Leakey.

L'étude de faisabilité du projet éthiopien a été "si mal faite que la retenue du barrage même pas remplie, des fissures sont déjà constatées", a-t-il assuré.

Iñaki Abella Gutiérrez dijo...

Como parece que no queda muy clara mi posición voy a poner un ejemplo:
Si me preguntaran que qué prefiero quedarme cojo o manco, diría que manco, así por lo menos podría caminar, pero desde luego bajo ningún concepto quiero quedarme manco.
Pues lo mismo, no quiero nucleares, pero menos grandes presas.
Mónica gracias por el artículo, ya me contarás qué dice, porque yo de francés...

Anónimo dijo...

Pues lo siento pero no. Ni una ni otra. Estamos ante la nueva revolución energética (encabezada por la eólica pero la que realmente cambiará el mundo será la solar) y para mi ahora no hay excusas ni para una nuclear ni para grandes presas. Si realmente se quiere ayudar a esos países pues que les ayuden con estas nuevas tecnologías, les ayudarán de verdad (y no por interés directo) y nos ayudarán a todos. Es decir, ni manco ni cojo. Ahora ya es posible.

Tom dijo...

Yo soy antinuclear del todo: lo siento. Me parece una energía peligrosa, con un coste económico exagerado, que sólo asume por ello el capital público, pero del que luego se aprovechan empresas privadas para su propio beneficio. Eso sí, si hay algún problema gordo y hay que pagar indemnizaciones millonarias, entonces el responsable civil subsidiario es Papá Estado (es decir, todos los pobrecitos contribuyentes). Además: ahora que está tan de moda el tema del ATC (Almacén Temporal Centralizado), me parece que el tema de qué hacer con los residuos nucleares es una asignatura pendiente; es decir: es como esconder la mierda barrida debajo de la alfombra. Y encima se dignan a sacar poco menos que a subasta pública entre los ayuntamientos a ver quién se lleva la golosina de X puestos de trabajo y de nosecuantos milloncetes para el desarrollo local de ese municipio.
Respecto a lo de las presas, pues también coincido en que generan muchos problemas (véase Riaño), pues supone echar de una patada a un montón de lugareños que han vivido en sus preciosos pueblecitos y valles (vamos, que cuando paso por el Nuevo Riaño, me parece estar viendo una reserva india de las que hay en EEUU). Y no digamos si el fin de las presas es abastecer de agua a comunidades que han basado su "desarrollo" en la especulación urbanística durante décadas (léase Comunidad Valenciana o Murcia) y ahora necesitan el agua de los "insolidarios" manchegos para regar sus campos de golf y para llenar sus miles de piscinas privadas.
Creo que la clave está en ahorrar y optimizar en consumo energético. Trabajo en un centro público y me indigno ante el derroche inmenso de energía: luces encendidas en lugares absurdos (y encima luces que consumen muchísimo, tipo halógenos), ordenadores que no se apagan nunca (ni siquiera cuando el funcionario de turno se ha ido de vacaciones: ¡verídico!)...
Tenemos que optimizar el consumo de electricidad, combustible, agua... Si lo hiciéramos, seguramente ese 19% de producción eléctrica proveniente de las centrales nucleare españolas ya no sería necesario.
Por cierto: ¡menuda ocasión para pasar una temporadita viviendo una experiencia inolvidable en Kenia! Espero que lo paséis genial por allí.
Saludos