La barbacoa

Y a modo de presentación oficial de la casa invitamos a un montón de gente a una barbacoa.
La que hay en casa es un tanto especial: es un agujero en el suelo sin respiraderos ni nada parecido, sobre el que se ha puesto una parrilla bien encajada. Ni que decir tiene que me costó un buen rato conseguir que aquéllo prendiera debidamente. Espero tener más maña en las siguientes ocasiones.
Prácticamente invitamos a toda la gente que conocemos por aquí, apenas faltaban los que no pudieron venir.
En el momento álgido del asunto estábamos 12 españoles, 5 argentinos, 5 alemanes, dos gringos y una peruana. De todos estos 5 eran niños.
Y como buena fiesta que se precie hubo hasta gente que se coló... y sin saludar ni nada.
La barbacoa me ha dejado agujetas de tanto estar agachado dando la vuelta a los chorizos, pancetas, pollos, chuletas y demás.

Foto: Mónica López Conlon
Después de pasar todo el día en esa postura, acabé con los cuadriceps un tanto tocados. Al menos colorida era...

Hay más fotos, pero tampoco es plan de poner a mucha gente, no os vayáis a acostumbrar, que para eso está el maldito libro de caras de Mónica.